el cazurro ilustrado

30 septiembre 2017

Un millón de gracias y algunas historias sabrosas de leer.

Ayer cumplí 57 años.  He recibido multitud de felicitaciones. Como agradecimiento  voy a contaros lo que algunos autores clásicos dijeron respecto  a la  cincuentena:   El Emperador Augusto decía que llegados los hombres a  cincuenta años o por propia voluntad habían  de morir, o habría que matarlos a la fuerza. Opinaba que los que han tenido alguna felicidad,  en esta edad llegaban a la cumbre y aquí terminaba; intuía que a partir de esta edad lo que les pasa a los hombres son enfermedades graves, muerte de los hijos, pérdidas de hacienda, inoportunidades de yernos, entierro de amigos, mantenimiento de pleitos, pagar deudas,  suspirar por lo pasado, llorar lo presente, disimular injurias, oír lastimosas noticias  y tener otros infinitos trabajos.
 Cayo Cornelio Tácito, en los “ Anales” cuenta que Pompeyo se encontró  un pueblo bárbaro de los montes Rifeos (Urales) que  tenía la costumbre  de no querer vivir más de cincuenta años y cuando llegaban a esta edad  hacían grandes hogueras y se quemaban vivos en ellas; los hijos, parientes y amigos  hacían una gran fiesta, comiendo las carnes asadas del muerto;  hacían polvo los huesos  y  se los bebían mezclados con vino, haciendo que las  entrañas de los hijos fueran los sepulcros de los padres.  
Plutarco dice en el libro “De Exilio,” que los Tebanos tenían por  ley  que después de llegar  a los cincuenta años de edad, no osase nadie  acudir a médico para curarse  porque  pensaban  que aquella edad no era ya para vivir más, sino para prepararse cada uno a morir.
Cornelia,  madre de los Gracos, decía a sus hijos   que las personas cuerdas,  de cincuenta años arriba habían de ocupar más sus pensamientos en como recibir la muerte  que no en  buscar  recetas  para  alargar la vida.  
Un  sabio de los Garamantes, antiguo pueblo del norte de África, que se enfrentó a Alejandro Magno, le recordaba  a éste las leyes por  las que se regía su pueblo, remarcando una ley que ordenaba  que ninguna mujer  viviera más de cuarenta años  ni ningún hombre más de cincuenta y si  con esa edad  no morían de muerte natural eran sacrificados a los dioses, porque, decía, gran ocasión es  a los hombres viciosos  pensar que han  de vivir muchos años.
Ya un poco más acá Schopenhauer dijo:  “Al paso que la primera mitad de la vida no es  más que una infatigable aspiración hacia la felicidad, la segunda mitad, por el contrario, está dominada por un doloroso sentimiento de temor, porque entonces se acaba por darse cuenta más o menos clara de que toda felicidad no es más que una quimera, y sólo el sufrimiento es real”.

Pero estoy convencido de que Augusto ni tenía razón, ni los Garamantes atinaron, ni los tebanos andaban acertados, ni Cornelia aconsejaba bien a sus hijos, ni los bárbaros de Pompeyo obraron cuerdamente; también erró Shopenhauer, porque ni la primera mitad de la vida la pasamos buscando la felicidad, ni nos vamos  a pasar el resto con sentimientos de temor y, además, hemos  aprendido a no tomármosla demasiado en serio, pues no saldremos vivos de ella. Y siempre deberíamos tener  en cuenta las palabras de Horacio: “Los dioses dejan por prudencia en la oscuridad más tenebrosa los acontecimientos venideros y se ríen del mortal que lleva sus inquietudes más lejos de lo que debe... Sólo quien es dueño de sí mismo, es feliz; sólo es dichoso, quien puede decir cada día: he vivido .Que mañana Júpiter empañe la atmósfera con tristes nubes o nos conceda un día sereno”. HORACIO, Odas, III, 29.

27 septiembre 2017

Otros timos: pseudociencias, ocultismo y Griales.

Las personas tienen derecho a creer en lo que les apetezca, pero también tienen derecho a saber que las pueden estar engañando. Un 15% de la población recurre a curanderos cuando tiene algún problema de salud; entre la cuarta parte y la mitad de los españoles tiene alguna creencia esotérica; las dos principales revistas ocultistas de España venden más de 50.000 ejemplares mensuales, los echadores de cartas y expertos en  artes adivinatorias se anuncian por doquier. La lista de este tipo de datos es muy larga, lo cual es preocupante, por lo menos para aquéllos  a los que una cierta decencia intelectual les impide “creérselo todo” . Y ya, para mejor apoyo   a las pseudociencias, nuestra concejala de cultura, profesora universitaria y descubridora de que el santo Grial está en león, organiza unas  jornadas sobre ocultismo.

Aunque vivimos en la era de la tecnología y la globalización, es evidente que el pensamiento mágico invade los rincones más remotos de nuestra vida: las supersticiones, el deslumbramiento por lo "maravilloso" o lo "sobrenatural", el temor a lo desconocido... son todas dimensiones habituales de la existencia humana, que en nuestro tiempo pueden recubrirse fácilmente con un barniz falsamente científico. En este sentido, recuperar algunas pautas elementales del verdadero pensamiento científico puede ser un camino útil para salvar a nuestra razón del disparate de la magia.
Todas  pseudociencias se basan en el rumor, el testigo aislado o la teoría incomprobable, y nunca en experimentos reproducibles o leyes naturales conocidas. Pero la gente sigue consultando las cartas del tarot, acudiendo a sesiones para hablar con sus muertos y comprando los libros de Charles Berlitz sobre el Triángulo de las Bermudas. ¿Por qué?. La respuesta no es sencilla, porque los factores que se conjugan son muchos y variados. Probablemente el principal es la necesidad del ser humano de escapar a un mundo dudoso, de intentar huir de sus miserias cotidianas; las personas necesitan, como dijo Asimov, unas faldas a las que agarrarse. Y nada mejor que un universo poblado por seres que nos traerán la salvación y una era de prosperidad, adivinos que nos pueden contar el futuro que tanto nos aterra, o montañas mágicas en las que hay siempre tesoros por descubrir. Esto no es nuevo, antes que los extraterrestres existieron los espíritus, y antes las brujas, y antes aún los dioses de la lluvia y del trigo, las sirenas y los minotauros. Sólo que en esta era de tecnología las hadas adoptan nuevos disfraces y vienen en brillantes platillos.
Otro factor de importancia es la adhesión a las pseudociencias como un símbolo de oposición a la ciencia verdadera. Actualmente cualquier avance científico es casi incomprensible para el público medio, que se ve atrapado en un mundo que escapa a su control , y esto genera desconfianza y rechazo. Además aprender ciencia no es fácil, y no abundan los buenos divulgadores; para una persona que no esté versada en geología es mucho más atractivo el mito de la Atlántida que las implicaciones de la Tectónica de Placas. Y no debemos olvidar que el espíritu crítico está completamente ausente en las escuelas y universidades: los conocimientos y teorías se explican como verdades absolutas, sin oportunidad para que el alumno dude; esto acaba convirtiendo a la ciencia en otra religión más a los ojos de muchos creyentes en las pseudociencias.
Unido a esto, nos encontramos con otra creencia que facilita una actitud  grosera ante la ciencia y ante los científicos. Se cree, en amplias capas sociales, que el Barcelona fútbol club  gana el domingo el partido porque Messi es muy inteligente y en cambio se piensa que Einstein formuló la teoría de la relatividad por una simple casualidad.


24 septiembre 2017

Consuelo (si es posible) para los mejicanos y para los afectados por terremotos.

A propósito de los terremotos, se preguntaba Séneca: “¿Dónde podrá creerse seguro nadie, si el mundo mismo se conmueve y sus partes más sólidas se derrumban?,¿cuando la única base inquebrantable y fija que sostiene todo lo demás, fluctúa, perdiendo el suelo su cualidad natural, la estabilidad? ¿Cuándo podrán cesar nuestros temores? ¿Dónde encontraremos refugio?. ¿Adónde huiremos, en nuestro terror, si el peligro brota debajo de nosotros, y los abismos interiores de la tierra nos lo envían?. ¿Qué asilo se ofrecerá a nuestra vista, qué recurso, si es el mundo el que amenaza ruina, si lo que nos protege y sostiene, este suelo sobre que descansan las ciudades, si el centro y fundamento del universo, como han dicho algunos, vacila y se entreabre?. ¿Qué encontrarás, no digo que te ponga en seguro, sino que te consuele, cuando el miedo no tiene donde huir?” .
Nos aconseja: “Si quieres no temer nada, piensa que todo debes temerlo: mira en derredor, y verás qué poco se necesita para destruirnos. Ni la comida, ni la bebida, ni la vigilia, ni el sueño, son saludables, sino en determinada medida. Comprendes que nuestros cuerpos son endebles y frágiles, pudiendo destruirlos ligero esfuerzo. Para que haya peligro de muerte, ¿se necesitará nada menos que terremotos, hundimientos del suelo y repentina formación de abismos? En mucho se estima el que teme más que a otra cosa el rayo, los terremotos y agrietamientos del suelo. ¿No será mejor que el que se convenza de lo poco que somos, tema más la pituita? ¿Tan felizmente hemos nacido, nos han dado miembros tan robustos y estatura tan elevada, que no podamos perecer si el mundo no tiembla, si el cielo no lanza el rayo, si la tierra no se abre debajo de nuestros pies? Un mal en la uña, y no digo en la uña entera, la más pequeña escoriación, basta para destruirnos; ¿y temeré yo los temblores de tierra cuando una flema puede ahogarme? ¿Temeré que el mar salga de su lecho; que el flujo, más impetuoso que de ordinario, traiga mayor cantidad de agua a la orilla, cuando se han visto hombres ahogados por una bebida que ha penetrado mal en las fauces? ¡Cuán neciamente temes al mar, si sabes que una gota de agua puede ahogarte!. El mayor consuelo de la muerte consiste en la necesidad misma de morir, y nada nos robustece tanto contra los peligros que nos amenazan por fuera como la idea de los numerosísimos que se albergan en nuestro propio seno. ¿Qué mayor demencia que desfallecer al fragor del trueno, y arrastrarse bajo tierra por temor al rayo? ¿Qué hay más necio que temer la conmoción y caída repentina de las montañas, las irrupciones del mar empujado fuera de sus límites, cuando la muerte está presente en todas partes y por todas ellas amenaza, no habiendo nada tan exiguo que no baste para la destrucción del género humano?”
Y da una visión “positiva” de la muerte en un cataclismo: “Lejos de consternarnos por estos trastornos, lejos de creerlas más terribles que la muerte ordinaria, todo lo contrario, puesto que es necesario salir de la vida y exhalar alguna vez el espíritu, afanémonos por perecer en una gran catástrofe. Necesario es morir en tal o cual paraje, más pronto o más tarde. Aunque esta tierra permanezca firme, aunque nada pierda de sus límites, aunque ningún cataclismo la trastorne, no dejará de estar sobre mí algún día. ¿Qué importa, pues, que la arrojen o que ella se arroje por sí misma? que rasgados por no se qué fuerza poderosa, se abran sus costados y me precipiten en inmensos abismos, ¿qué importa? ¿Es más suave la muerte en la superficie? ¿Puedo quejarme si la naturaleza no quiere que descanse en paraje ignorado, si me sepulta en una parte suya? Egregiamente dice nuestro Virgilio en aquel verso:
Si hay que caer, yo quiero caer del cielo
Nosotros podemos decir lo mismo. Si es necesario caer, caigamos cuando el orbe se quebranta; no porque deban desearse los desastres públicos, sino porque es motivo grande para resignarse a la muerte, ver que la naturaleza misma es mortal.”

23 septiembre 2017

Vecinos y disputas.

Muchas especies animales marcan su territorio de distintas maneras y lo defienden “ a capa y espada” de los otros, porque en ello les va la alimentación, la reproducción y la vida misma. Esto supone que la vecindad no está exenta de conflictos. Dos osos pelean en la orilla del río reivindicando para sí aquella parte. El derrotado tendrá que retirarse e ir en busca de un nuevo territorio. También en los humanos se da este comportamiento y son habituales las marcas del territorio a través de fronteras que se defienden con peleas físicas (guerras) y con todo tipo de medidas disuasorias (vallas, aduanas, muros, policía…). Hasta aquí se comprueba una gran similitud entre los comportamientos de los animales territoriales y los humanos. Las diferencias entre las diferentes maneras de defender el territorio entre animales y humanos vienen definidas por los sentimientos expresados a través del lenguaje que predisponen a los miembros de un grupo contra los  grupos vecinos, de tal manera que los sentimientos de odio no se dan entre los pueblos alejados en el espacio sino solamente entre los que están próximos.

Como muestra, mirad el epitafio que los portugueses pusieron en la tumba de un obispo castellano, pueblos colindantes y con diversas disputas fronterizas a lo largo de la historia. Dice así: “Aquí yace un Obispo Castellano, que se naturalizó portugués, para poder morir en gracia de Dios”.

21 septiembre 2017

Olvidos y Alzheimer.

Conocí a una paisana que jamás se preocupó  por ninguna pérdida de  animal o cosa de su propiedad, porque siempre tenía a mano un libro con las  oraciones a san Antonio y ante una ausencia o un olvido,  echaba una oración al Santo y en breve tiempo aparecía; ni siquiera tenía que ser suyo lo desaparecido;  los vecinos  que  necesitan  cualquier favor del santo, recurrían a esta mujer,  que agarraba  el libro como si de un oráculo se tratara, y lo ausente se hacía presente, en un periodo de tiempo más o menos razonable.
Un día echó en falta el dedal que se ponía en el dedo corazón para empujar mejor la aguja  mientras cosía y fue  a poner en marcha  el rito habitual, pero no encontró el libro de las oraciones  a San Antonio, necesario para pedir al Santo que  apareciera.

A partir de ese momento comenzó el declive: perdía cosas que no volvía  a encontrar, olvidaba datos, caras, nombres, fechas y hasta maneras de hacer pero no había posibilidad de recuperarlas. A tanto llegó el deterioro que sus familiares, a los que ya no recordaba, la llevaron al médico y éste dudó entre  un diagnóstico de demencia senil o  Alzheimer y recomendó un cóctel  a base de inhibidores de la colinesterasa  con neurolépticos, pero, en realidad, lo que más  necesitaba  era su libro de oraciones de san Antonio (de Padua).

19 septiembre 2017

¡Cuidado con lo que ves! (terminarás haciéndolo)

Tespis, dramaturgo griego ( en la actualidad sería  un  gran guionista), ganador del primer concurso de tragedias durante las “Dionisias” de Atenas, celebradas entre el 536 adc y el 533 adc (similar a los “Oscars”). Introdujo varias innovaciones en el modo de representar las tragedias clásicas, dándoles un formato teatral, permitiendo el diálogo y el enfrentamiento entre las partes y la caracterización de los personajes a través de las máscaras. Estas novedades atrajeron al público en general, aumentando significativamente lo que hoy llamamos “share” o “cuota de pantalla”.

Solón, amigo de ver, oír y aprender (aunque ya fuera viejo), asistió a uno de los dramas que representó Tespis y cuando acabó el espectáculo se acercó para saludarle y para preguntarle por qué no se avergonzaba de haber acumulado tanta mentira en aquella obra; a lo que respondió Tespis que no había nada de malo en que se dijesen mentiras por y para el entretenimiento del público. Muy enfadado, solón repuso que “aplaudiendo y dando aprecio a estos entretenimientos, pronto nos hallaremos con ellos en los negocios y contratos”. No erró en su predicción y lo que hoy vemos en series, películas y otras simulaciones, pronto aparece en la vida real; primero se modela en la pantalla y luego se ejecuta en las actuaciones cotidianas y viceversa.

16 septiembre 2017

¿Loco con todos o cuerdo a solas?

Cada cual puede hacer de su capa un sayo o unas sandalias de sus zapatos; los ciudadanos, sean inmigrantes o no, tienen derecho a optar por el estilo de vida que les venga en gana siempre y cuando esas ganas no atenten contra la normativa legal vigente, pero hay una estrategia, muy bien conocida por Alcibiades, que ayudaría a la integración de cualquier individuo en la sociedad en la que se halle.
Alcibiades (450adc-404adc) entre las muchas habilidades que tenía, era capaz de asemejarse e identificarse en sus afectos con toda especie de instituciones, siendo más rápido que un camaleón en cambiar sus costumbres. Si estaba en Esparta, de austeras costumbres, realizaba los ejercicios del gimnasio, sobrio y severo; en su estancia en Jonia, de relajados hábitos, fue voluptuoso, jovial y sosegado; en Tracia, imitando sus rutinas, ejerció de bebedor y buen jinete; y al lado del sátrapa Tisafernes simulando sus prácticas, excedió en lujo y opulencia a la pompa de los persas. Dice Plutarco que mostró estos comportamientos, no porque le fuera tan fácil como parece pasar de un método de vida a otro y admitir toda suerte de cambios, sino porque, conociendo que si usaba de su inclinación natural desagradaría a aquellos con quienes tenía que vivir, continuamente se acomodaba y amoldaba a la forma y manera que éstos preferían.

Así pues, más vale ser loco con todos que cuerdo a solas, que si todos lo son, con ninguno perderá y si es sola la cordura, será tenida por locura (B.Gracián).

15 septiembre 2017

¿Dónde está la eficacia de las leyes?

Los tebanos querían saber porque eran eficaces los espartanos con sus leyes y enviaron a un observador. Al cabo de un tiempo regresó   trayendo consigo: la horca con la que ahorcaban a los ladrones, el cuchillo con el que degollaban a los traidores, la mordaza con la que atormentaban a los charlatanes, el látigo con el que castigaban a los vagabundos, los grillos con los que detenían a los sediciosos y las esposas con las que ataban a los jugadores. No les llevó las leyes sino los instrumentos con los que las hacían cumplir.
Cuando las normas, que son reflejo de las necesidades de las clases dominantes, no se cumplen, otro tipo de consecuencias se aplican hoy.

Para conseguir, por ejemplo, silencio en clase, obediencia en la familia, conformidad con el estado, orden en las cárceles, no agresión a las mujeres, cuidado por el medio ambiente o respeto a la propiedad ajena, y/o la no realización de referendums, existen normas, órdenes, decretos e instrucciones a patadas. La dificultad no está tanto en la normativa vigente, sino en qué se hace para su cumplimiento y sólo la anticipación de consecuencias hará a las leyes eficaces, pero en vez de basarse en el castigo por incumplirlas, deberían anticiparse consecuencias positivas por seguirlas.

14 septiembre 2017

Otra forma de enseñar.

Un historiador clásico dice que había en Atenas un famoso profesor de música, tal vez seguidor de las teorías Pitagóricas, que  relacionaban y armonizaban la música con las matemáticas. Este maestro enseñaba los diferentes estilos de hacer música que se conocían en aquel tiempo, desde el dorio hasta el eolio. Tenía un modo muy peculiar de mostrárselo a sus alumnos. Lejos de utilizar el modelado, el moldeamiento, el refuerzo, la práctica positiva, la zona de desarrollo próximo o el aprendizaje significativo, lo que hacía era juntar cuidadosamente las voces mas desentonadas, ásperas, cerriles, toscas y hasta roncas y afónicas de cuántos conocía y se las mostraba en concierto a sus pupilos. Les hacía observar minuciosamente el alarido desapacible de unas, el taladrante sonido de otras, el insoportable desentono de las más y los inaguantables y ultrajantes botes, saltos, discontinuidades, chirridos y aullidos de todas.

Se volvía después a sus discípulos y les decía cariñosa y apaciblemente: “haced todo lo contrario de lo que hacen éstos y cantareis divinamente”. Es otra forma de enseñar, basada, no en mostrar al alumno lo que tiene que hacer, sino aquello que nunca debe hacer. La dificultad estriba en que los errores tienen muchos caminos y el acierto, probablemente, sólo tenga uno o unos pocos.

13 septiembre 2017

Julio César y las mascotas.

Cuenta Plutarco que paseaba César por  Roma y se encontró unos forasteros ricos que llevaban en brazos a perros y a monos. Asombrado ante tal comportamiento, les preguntó que si en su país las mujeres no parían niños, ya que le parecía  que la inclinación natural de los humanos se encamina al amor y al afecto familiar. Sin salir de su asombro, constató que muchos hombres y mujeres, debiendo la ternura y el cariño sólo a los de su especie, sin saber por qué y sin motivos aparentes, los trasladaban a las bestias.
Censuró estas relaciones, considerándolas un espectáculo indigno que hacía caer en el olvido las cosas bellas y útiles.
Si César se paseara hoy por cualquiera de nuestras ciudades y viera a los perros vestidos con traje de lana o tergal, a los gatos saliendo atusados de las peluquerías en brazos de sus dueños o el culto y trato dado a los numerosos animales que tienen los habitantes de la urbe, su indignación aumentaría;  sobre todo si descubriera, además, que esas sublimes relaciones que se mantienen con los brutos, se niegan sistemáticamente a crías humanas: alrededor de la mitad la infancia del planeta carece de los bienes y servicios básicos. Millones de niños y niñas están desnutridos, sin agua, ni acceso a los servicios básicos de salud y educación;  mientras que las mascotas disfrutan, no ya de alimentos enriquecidos con vitaminas y minerales, sino de clínicas de cirugía estética y hasta hoteles de lujo para pasar sus vacaciones.

11 septiembre 2017

El otoño, la mejor época del año.

Por mucho empeño que pongan algunos poetas en utilizar el transcurrir de las estaciones como metáfora de la vida, diciendo que la primavera es la puericia, el verano la juventud, el otoño la edad madura y el invierno la vejez; no deja de ser el otoño una época de brote; así, “retoño” o “retoñar” se oponen a esa falsa imagen del otoño como época de decadencia, melancolía y tristeza.
Por más que se intente asociar el otoño a la añoranza, a la decrepitud, al declive o a la caducidad, siempre será un tiempo de abundancia, de lluvias, de tormentas y de ocupaciones agrícolas gratificantes, relacionadas con la recogida de los frutos.
Muchos individuos, siguiendo a los poetas melancólicos que ven la caída de las hojas, la escasez de la luz solar y la llegada del frío como símbolos del fin del periodo de la existencia, deciden sufrir en sus carnes estados depresivos y angustiosos, para que los “expertos” diagnostiquen el “trastorno afectivo estacional” (SAD) del que han identificado dos patrones estacionales : un tipo de aparición otoñal, también llamado "depresión invernal", en el que los principales episodios depresivos comienzan en el otoño y primeros meses del invierno y desaparecen durante los meses de verano, y un tipo de aparición primaveral, también llamado "depresión veraniega", en el que el episodio depresivo grave comienza hacia fines de la primavera y primeros meses del verano. Y es que el mero hecho de inventar un síndrome, hace que inmediatamente aparezcan sujetos dispuestos a padecerlo.


09 septiembre 2017

Las tres "bes": Balor, Boluntad y Buevos.

Dedujo Samuel Butler (1835-1902) que una gallina es sólo la manera que tiene un huevo de hacer más huevos; aplicando ese mismo razonamiento, disculpas para hacer más huevos serían los patos, las perdices, las codornices o cualquiera de las aves que vuelan y/o corren por el mundo, pero no sólo las aves, también los reptiles, los peces, los mosquitos y hasta los humanos no serían otra cosa más  que pretextos de los huevos para fabricar más huevos o de los genes para fabricar más genes . Así pues, todo se convierte en una cuestión de huevos, millones de cuestiones con huevos de por medio. Empédocles aseguró que el mundo no era como una bola sino como un huevo. En el nacimiento de Alejandro una vieja ofreció a su madre un huevo colorado que había puesto una paloma como presagio de que el recién nacido llegaría a emperador. Por huevos se ganan los partidos; se convocan referéndums; se gana a la razón aunque nos cueste uno y nos importe el otro; hasta ellos estamos en ocasiones, nos los tocan, con precaución los pisamos y los echamos para conseguir los más arriesgados objetivos. Todo es una cuestión de huevos. Como decía uno de la Mata de la Bérbula: "para triunfar en la vida hay que  tener las tres bes: balor, boluntad y  buevos"

08 septiembre 2017

Maestros: arder de amor y propagar el incendio.

El próximo lunes se incorporan  a los colegios los  alumnos de   Educación infantil y de Educación primaria de nuestra comunidad autónoma. Desde aquí  quiero recordar la imprescindible tarea que  realizan los maestros, para conseguir un desarrollo armónico de  su alumnos. Lo hago con unas palabras de  Gabriel Celaya:

“Hay en todo hombre, me parece, un enorme deseo de inmortalidad, el sueño de desbordar su vida, de durar más que él mismo, la impaciencia de sus límites. Uno sólo trata de perpetuar su raza, otro intenta “pasar a la posteridad” con una obra artística, lo que sin duda no deja de ser una gran ingenuidad, ya que el polvo de las bibliotecas o de los museos no vale mucho más que el de los cementerios. Mucho más que el arte o la literatura, la enseñanza brinda la oportunidad de multiplicar la propia vida. Algunos de los que más profundamente han dejado huella en la humanidad no escribieron nada. Prefirieron depositar su semilla en el alma de sus discípulos atentos. Y de una manera pobre, humilde, el mismo misterio se repite en la escuela más miserable. El verdadero secreto no consiste en brillar como un faro o como un gusano de luz, sino en arder de amor y propagar el incendio”. 

07 septiembre 2017

Ortografía ¿natural o arbitraria?

Mientras que las Universidades españolas usan criterios ortográficos a la hora de corregir los exámenes de la EBAU (Antigua PAU) y, llegado el caso, puede un alumno perder hasta cuatro puntos por faltas, incorrecciones o errores lingüísticos, los estudiantes neozelandeses, en una prueba equivalente (NCEA) pueden utilizar el idioma abreviado de los SMS, porque para ellos lo que importa es que el estudiante demuestre de alguna forma los conocimientos adquiridos aunque no se ajusten a la ortografía tradicional.
Los defensores de tal medida creen que esta decisión lo único que hace es llevar el lenguaje que ya se está usando en otros ambientes a los entornos académicos. Los detractores opinan que la medida empobrecerá el idioma.
En 1758 un personaje de “ Fray Gerundio de Campazas”, escrito por el genial leonés José Francisco de Isla ya decía a este respecto: "El ombre ke kiera escribir coretamente, uya qanto pudiere de escribir akellas letras ke no se egspresan en la pronunciación; porke es desonra de la pluma, ke debe ser buena ija de la lengua, no aprender lo ke la enseña su madre. Cuéntense las uu que se aorran en sólo este período, y por aquí se sacará las que se podían aorrar al cabo del año en libros, instrumentos y cartas; y luego extrañarán que se haya encarecido el papel."
Cuando yo era niño se contaba que, reunidos un francés, un inglés y un español, dieron en quejarse las dificultades ortográficas de sus respectivos idiomas; el francés decía que no había idioma más difícil que el suyo ya que se escribía “Molière” y se pronunciaba “ Moliegg”. Al inglés le pareció aquello cosa sencilla, alegando que en su idioma se decía “sespir” y se escribía “Shakespeare”. El español destacó que mucho más difícil era nuestro idioma ya que se escribía “ diez céntimos” y se leía “perra gorda”.

Así pues, razones ecológicas o razones de uso generalizado o de cualquier otro tipo se pueden esgrimir para ocultar la ignorancia de la ortografía arbitraria.

06 septiembre 2017

Preguntas y respuestas.

Suele ser verdad que pierden sentido las preguntas cuando no duele el alma al formularlas, pero probablemente, las respuestas ante tales cuestiones siguen teniendo valor aún a pesar de no provocar angustia su expresión.
Preguntado Tales de Mileto sobre qué cosa era más difícil, respondió: “El conocerse a sí mismo”. Y también, qué cosa es fácil, dijo: “Dar consejo a otros”. ¿Qué cosa es suavísima?: “Conseguir lo que se desea”. ¿Cómo sufrirá uno más fácilmente los infortunios?: «Viendo a sus enemigos peor tratados de la fortuna». ¿Cómo viviremos mejor y más santamente?: “No cometiendo lo que reprendemos en otros”. ¿Quién es feliz?: “El sano de cuerpo, abundante en riquezas y dotado de entendimiento”
Preguntado Solón por qué no había puesto ley contra los parricidas, respondió: “Porque no espero que los haya”. ¿De qué forma no harán los hombres injusticias?: “Aborreciéndolas los que no las padecen igualmente que los que las padecen”.
Preguntado Quilón en qué se diferencia el sabio del ignorante, respondió: “En las buenas esperanzas”. ¿Qué cosa era dificultosa?, respondió: “Guardar el secreto, emplear bien el ocio y sufrir injurias”.
Preguntado Pitaco sobre qué es lo mejor, respondió: “Ejecutar bien lo que se emprende” .A unos que preguntaban qué cosa fuese muy grata, respondió: “El tiempo”. ¿Qué cosa incógnita? : “Lo venidero”. ¿Qué cosa fiel?: “La tierra”. ¿Qué cosa infiel?: “El mar”.
Preguntado Biante qué cosa es difícil, respondió: “Sufrir constantemente la decadencia del propio estado”. Preguntando qué cosa es dulce a los hombres, respondió: “La esperanza”.
Preguntado Anacarsis de qué forma se haría uno abstemio o aguado, respondió: “Mirando los torpes gestos de los borrachos”. A uno que le preguntó qué naves eran más seguras, le respondió: “Las que están en el puerto” Preguntándole uno si eran más los vivos que los muertos, respondió: “¿En qué clase de esas dos pones los navegantes?”. Preguntado qué cosa era buena y mala en los hombres, respondió: “La lengua”.
Preguntado Sócrates qué cosa es virtud en un joven, respondió: “El que no se exceda en nada”.Preguntado si era mejor casarse o no casarse, respondió: “Cualquiera de las dos cosas que hagas te arrepentirás” Preguntándole Lisias por qué no le convenía la defensa que de él hacía, supuesto que era buena, respondió: “¿Pues no puede haber vestidos y calzares ricos, y a mí no venirme bien?”
Preguntado Aristipo qué era lo que había sacado de la Filosofía, respondió: “El poder conversar con todos sin miedo”.
Así lo cuenta Diogenes Laercio en "Vida de los filósofos ilustres".

02 septiembre 2017

Fiesta en Valverde de Curueño 2017


Nos adelantamos a  los catalanes, que celebran su “Diada” y a los Asturianos, que honran su  “Santina”, y  los de Valverde de Curueño festejamos nuestra fiesta patronal hoy. No son las banderas y enseñas nacionales o nacionalistas las que presiden los actos públicos, sino un pendón rojo, blanco y verde el que se pasea un rato por la única avenida que tenemos. No son las manifestaciones, ni los discursos, ni las reivindicaciones el motivo principal, sino los saludos, las conversaciones y las reuniones familiares.
Ni siquiera nos mueve la religiosidad de antaño, ya que ni los convalecientes piden la intercesión para un milagro; ni la onomástica de la virgen, puesto que la trasladamos del día ocho al día dos, para que los niños puedan disfrutar más tiempo sin estar pendientes del colegio.
Tampoco es necesaria la presencia de la guardia civil en el prado donde suena la orquesta, porque no existen ganas ni riesgo de motín.
En la fiesta nos reunimos los y las del pueblo y cómo viene haciéndose desde tiempo inmemorial, se mata un cordero para la celebración, se pone el ramo a las mozas, se saca a la virgen y al pendón en procesión, se recuerda a los difuntos, tocan los “tamboriteros”, bailan mozos y mozas y corren los niños y niñas entre las parejas danzantes.
Lo más interesante de la fiesta es que, al menos una vez al año, con el aire limpio y el sol claro o sin él, en agradable compañía, nos reunimos, nos saludamos, charlamos, nos interesamos por la vida de los otros, y nos despedimos “hasta el año que viene (si no puede ser antes) por estas fechas”.
Estáis todos invitados.

01 septiembre 2017

El (subjetivo) paso del tiempo.

El tiempo o su paso implica simultaneidad, sucesión, duración, pasado, presente y futuro. A pesar de la supuesta objetividad de su medida a través de los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años o siglos, el tiempo y su transcurrir son enteramente subjetivos. Cada cual percibe su paso en función de la actividad que realiza, de los estados emocionales en los que se encuentre, de la etapa evolutiva/involutiva en que se halle e, incluso, de le época que le haya tocado vivir. Dependiendo de la situación, el tiempo pasa lentamente o vuela, pero pocas veces está sincronizado con el tiempo convencional contado por el reloj. Einstein dijo que si uno pone la mano sobre una estufa caliente durante un minuto siente que pasó una hora, pero si uno pasa una hora con su novia, cree que sólo ha transcurrido un minuto.

La impresión subjetiva del paso del tiempo se ha utilizado para medir la intensidad del dolor que se produce en las últimas fases del cáncer. A medida que el dolor es más intenso, la percepción del paso del tiempo es más lenta, de tal forma que los minutos se pueden convertir en horas, las horas en días y los días en años. Se da entonces la paradoja de que aquellos que están enfrentándose a una muerte prematura a causa de un cáncer, si los cuidados paliativos no funcionan, tendrán la sensación de haber vivido una eternidad. La objetividad del tiempo sólo existe cuando no ocurre nada. Como dijo Richard Feynman: “el tiempo es lo que pasa cuando no pasa nada más”.