el cazurro ilustrado

28 enero 2011

Hacer presente lo ausente.


Con tanta  o más devoción que la referida en el post pasado, se venera a otro santo de igual nombre, pero no  abad, sino de Padua. Si el primero velaba por los animales, el segundo hacía  recordar las cosas olvidadas y encontrar las perdidas; con tan grandes  capacidades no es extraño que se le quisiera tanto en la montaña. 
Conocí a una paisana que jamás se preocupó  por la pérdida de algún animal o cosa de su propiedad, porque siempre tenía a mano un libro con las  oraciones a san Antonio y ante una ausencia o un olvido,  echaba una oración al Santo y en breve tiempo aparecía; ni siquiera tenía que ser suyo lo desaparecido;  los vecinos  que  necesitan  cualquier favor del santo, recurrían a esta mujer,  que tiraba del libro como si de un oráculo se tratara, y lo ausente se hacía presente, en un periodo de tiempo más o menos razonable.
Un día echó en falta el dedal que se ponía en el dedo corazón para empujar mejor la aguja  mientras cosía y se dispuso a poner en marcha  el rito habitual, pero no encontró el libro de las oraciones  a San Antonio, necesario para pedir al Santo que  apareciera.
A partir de ese momento comenzó el declive: perdía cosas que no volvía  a encontrar, olvidaba datos, caras, nombres, fechas y hasta maneras de hacer pero no había posibilidad de recuperarlas. A tanto llegó el deterioro que sus familiares, a los que ya no recordaba, la llevaron al médico y éste dudó entre  un diagnóstico de demencia senil o  Alzheimer y recomendó un cóctel  a base de inhibidores de la colinesterasa  con neurolépticos, cuando, en realidad, lo que necesitaba  era el libro de las oraciones de san Antonio (de Padua).

21 enero 2011

¿Patrono de animales o mascotas?


El día 17 de Enero se celebró San Antonio Abad, patrono y protector de los animales, al que, en tiempos pasados se los  encomendábamos  para que dieran más leche, pusieran más huevos, no se los comiera el lobo, o mejoraran de una patera o un carbunco y  hoy ponen bajo su protección  las  múltiples y diversas mascotas para  que dejen de hacer pis  en la alfombra o para que mejoren de la operación de vesícula  o para que no  se despierten en la noche con los ronquidos de su dueño. Tanto han cambiado las relaciones de los humanos con los animales, que si nuestros abuelos levantaran la cabeza, dirían lo  que  aquel censor romano, cuando fue a visitar a la mujer de un amigo suyo, que  estaba recién parida y se la  encontró  dando de mamar a un perrito; entonces se dirigió al Senado y dijo a los representantes del pueblo que  grandes males habían de venir  sobre Roma  porque había visto un prodigio: Una mujer romana negaba la  leche a sus hijos  y dejaba  sus pechos para que mamaran los perros.

09 enero 2011

¿Vivo o muerto?.


El crecimiento de la población, al acabar la  guerra civil, y el mal estado en que  quedó la iglesia, al haber sido utilizada por los “rojos” como  caballeriza, llevo al  concejo del pueblo a tomar la decisión, por unanimidad, de adecentarla y hacer una ampliación. Hecha la reforma, se encontraron  con un espacio vacío que habría que llenar  con la  imagen de algún santo o de algún personaje bíblico o, por qué no,  con la  imagen del mismísimo  Cristo crucificado.  En otro concejo  acordaron  enviar a dos vecinos a ver  al Santero de Valverde de Curueño, para que  hiciera la imagen del Cristo  en la cruz. Llegaron  los  dos comisionados  e hicieron  la propuesta al escultor. El  santero se interesó por el tamaño que debía tener la imagen y ellos contestaron que cuanto más grande  mejor.  Entonces el artista les preguntó si lo querían  vivo  o muerto. Dudaron  un momento, porque  en el concejo no habían  consensuado esos temas, pero al fin se decidieron por  la representación de Cristo vivo, alegando que si, por un casual,   no gustara  en el pueblo, ya lo  matarían entre todos.

08 enero 2011

Hasta siempre "Carpo".


Ayer a las cuatro de la tarde enterramos en Tolibia de abajo a  Policarpio Suárez González, más  conocido como “ Carpo”.  Vivió ochenta años y fue uno de los personajes más  entrañables de  nuestra montaña. Como un pequeño  homenaje, reproduzco aquí  parte del post  que publiqué  el 25/04/2008 .

"Carpo", último zapatero de la montaña.

 “No era nada lo del ojo y lo llevaba en la mano” debió pensar “Carpo” de Tolibia, cuando le amputaron la pierna derecha después de recibir un golpe en ella mientras realizaba el servicio militar. Los médicos aseguraban que no era nada y la perdió, sin recibir a cambio indemnización ni pensión compensatoria. Regresó al pueblo con una pierna de palo y para compensar la mutiliación adquirió tres oficios: se hizo cantinero, zapatero y ganadero. Entre hormas, moldes, leznas, suelas cueros, tachuelas, hilos y agujas, remendaba y cosía las botas y los zapatos de todos los lugareños; por las noches atendía su litúrgica taberna, a la que acudían los vecinos buscando conversación y amortiguación espirituosa acorde a sus problemas cotidianos; además robaba tiempo a esos oficios para ir tras un rebaño de cabras por las empinadas rocas calizas, llegando en ocasiones hasta Valverde de Curueño o hasta Genicera, situados al otro lado de la peña. Cotizó como autónomo y cuando las normativas europeas complicaron la marcha natural de los negocios de montaña, se jubiló para poder bajar a la capital a pasar los inviernos, porque los fríos de Tolibia le afectan a la pierna que le queda, obligándole a pasar por el quirófano. Ayer me lo encontré después de muchos años sin saber nada de él. Recordamos las veladas escuchando a su madre Celedonia contado las aventuras de los duendes y las desventuras de los vivientes.