el cazurro ilustrado

31 agosto 2007

Aprendizaje animal.



Esperé en vano a que alguna de mis gallinas saliera clueca. Quería observar todo el proceso, desde que la gallina comienza a guarar, pasando por el nacimiento de los pollos, hasta que éstos se independizan de la madre.
A falta de gallinas cluecas propias, mi vecina Felisa me prestó una de las suyas. El día 21 de junio puse seis huevos en el nidal y después de unos pocos movimientos exploratorios, la gallina se colocó sobre ellos. Durante el periodo de incubación, en un entorno tranquilo y bien ventilado, tuvo a su alcance alimento y agua en abundancia.
El día 11 de julio los huevos eclosionaron y vieron luz del día seis hermosos polluelos que en un primer momento sólo de vez en cuando asomaban su cabeza por entre las alas de su madre.
Observé que el comportamiento de la madre inducía el mismo comportamiento en los polluelos; después me di cuenta que el comportamiento de la madre guiaba la atención de los pollos a un lugar u objeto concreto; finamente noté que los pollos repetían un patrón de comportamiento igual al que habían visto ejecutar a su madre.
Todo lo que saben ahora es resultado de que la conducta de la madre atrajo la atención de sus hijos a un lugar u objeto particular o bien porque mostraron respuestas iguales al observar una relación positiva entre las respuestas de su madre y la inmediata consecución de un refuerzo.
Así pues, el aprendizaje asociativo, la imitación y el reforzamiento definen el proceso de socialización, autonomía e independencia de los pollos.
Este periodo duró hasta el 26 de agosto; ese día, su madre puso un huevo y después se acercó a la puerta cerrada del corral, insistiendo machaconamente en que quería irse. Abrí y se fue corriendo hacia la casa de mi vecina que es la suya.
Durante dos meses había tomado prestados seis huevos, los convirtió en pollos, los crió, cuidó y educó y cuando ya no tenía nada más que enseñarles, dejó que cada uno hiciera su vida sin ocuparse ya de otra cosa que no sea comer, beber, dormir, copular y poner huevos hasta que retorne de nuevo la cloquez.

29 agosto 2007

Control de estímulos.


Tenían los espartanos la costumbre de ir a presentar batalla al enemigo vestidos con telas de color rojo. El color de la vestimenta cumplía dos funciones: en primer lugar conseguían disimular la sangre en caso de que fuesen heridos, evitando así que su visión les causase temor o desmayo al ver la sangre derramada y en segundo lugar, impedían que sus enemigos cogiesen bríos y ganas de vencerles, al notar que estaban heridos.
Aunque no lo formularan técnicamente, conocían y aplicaban lo que hoy se denomina “control de estímulos”: cuando un comportamiento problemático está claramente bajo el control discriminativo de un estímulo observable, la aproximación generalmente adoptada no es eliminar el estímulo discriminativo o reducir la frecuencia de contacto con el estímulo, sino manipular la relación funcional de tal forma que el estímulo no ocasione más la conducta problemática.
Se trata(ba), en definitiva, de eliminar la funcionalidad de aquellos estímulos (sangre) que impedían la ejecución de la conducta deseada(pelea), la cual se pretendía implantar en el repertorio de los soldados.

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28 agosto 2007

Causas y consecuencias del bronceado.


En el año 326 a.d.c., picado por la curiosidad y por las ganas de conquista, envió Alejandro a Onesicritus para investigar qué era aquello que hacían los gimnosofistas y cuál era su forma de vida. Llegó éste a la India y se encontró numerosas sectas con una característica común: la completa desnudez de sus cuerpos. Le pereció que se estaban entrenando para sufrir y padecer gratuitamente. Era verano y el sol abrasaba a la tierra con sus rayos. En el suelo sólo había arena y quemaba como el fuego. Vio a unos que estaban de pie, a otros que miraban al sol sin pestañear, a otros que se tendían en la arena, al lado derecho, al lado izquierdo o cara al sol, todos abrasándose y mostrando gran paciencia y capacidad de sufrimiento.
Con fundamentos muy diferentes, no hacían otra cosa que lo que hacen miles de turistas en las playas durante el verano, pero, a parte de ponerse morenos, aquellos brahmanes aspiraban al aislamiento,a la abstinencia, a la suspensión del juicio, al agnosticismo , a la muerte, a la aniquilación absoluta de la conciencia individual y a la autocremación y éstos , al bronceado perfecto que se exhibe a la vuelta de las vacaciones como certificado de poder adquisitivo, al envejecimiento de la piel y a la posibilidad de un melamona.

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27 agosto 2007

Maledicencias.


Plutarco dice en “Política” que los atenienses criticaban a Cimónides porque hablaba alto; los tebanos acusaban a Panículo que escupía mucho; los lacedemonios murmuraban de Licurgo que andaba cabizbajo; los romanos recriminaban a Escipión que dormía roncando; los uticenses infamaban a Catón porque comía a dos carrillos; los enemigos de Pompeo murmuraban de él porque se rascaba con un dedo; los cartaginenses hablaban mal de Aníbal porque andaba desabrochado y los sillanos difamaban a Julio César porque andaba mal vestido. He aquí desde donde se extiende la malicia humana porque los antiguos bien pudieron, como alternativa, loar a Cimónides, que venció la batalla Maratón; a Panículo, que rescató a Tebas; a Licurgo, que reformó su reino; a Escipión, que venció a Cartago; a Catón, que sustentó a Roma, a Pompeyo, que aumentó el Imperio; a Aníbal, que tuvo inmortal ánimo, y a Julio César, que le parecía poco ser señor del mundo.Y es que la malicia y la maledicencia son prácticas habituales y vienen de lejos.

23 agosto 2007

Consuelos de Séneca a las víctimas de los terremotos.


A propósito de los terremotos, se preguntaba Séneca: “¿Dónde podrá creerse seguro nadie, si el mundo mismo se conmueve y sus partes más sólidas se derrumban?¿cuando la única base inquebrantable y fija que sostiene todo lo demás, fluctúa, perdiendo el suelo su cualidad natural, la estabilidad? ¿Cuándo podrán cesar nuestros temores? ¿Dónde encontraremos refugio?. ¿Adónde huiremos, en nuestro terror, si el peligro brota debajo de nosotros, y los abismos interiores de la tierra nos lo envían?. ¿Qué asilo se ofrecerá a nuestra vista, qué recurso, si es el mundo el que amenaza ruina, si lo que nos protege y sostiene, este suelo sobre que descansan las ciudades, si el centro y fundamento del universo, como han dicho algunos, vacila y se entreabre?. ¿Qué encontrarás, no digo que te ponga en seguro, sino que te consuele, cuando el miedo no tiene donde huir?” .
Nos aconseja: “Si quieres no temer nada, piensa que todo debes temerlo: mira en derredor, y verás qué poco se necesita para destruirnos. Ni la comida, ni la bebida, ni la vigilia, ni el sueño, son saludables, sino en determinada medida. Comprendes que nuestros cuerpos son endebles y frágiles, pudiendo destruirlos ligero esfuerzo. Para que haya peligro de muerte, ¿se necesitará nada menos que terremotos, hundimientos del suelo y repentina formación de abismos? En mucho se estima el que teme más que a otra cosa el rayo, los terremotos y agrietamientos del suelo. ¿No será mejor que el que se convenza de lo poco que somos, tema más la pituita? ¿Tan felizmente hemos nacido, nos han dado miembros tan robustos y estatura tan elevada, que no podamos perecer si el mundo no tiembla, si el cielo no lanza el rayo, si la tierra no se abre debajo de nuestros pies? Un mal en la uña, y no digo en la uña entera, la más pequeña escoriación, basta para destruirnos; ¿y temeré yo los temblores de tierra cuando una flema puede ahogarme? ¿Temeré que el mar salga de su lecho; que el flujo, más impetuoso que de ordinario, traiga mayor cantidad de agua a la orilla, cuando se han visto hombres ahogados por una bebida que ha penetrado mal en las fauces? ¡Cuán neciamente temes al mar, si sabes que una gota de agua puede ahogarte!. El mayor consuelo de la muerte consiste en la necesidad misma de morir, y nada nos robustece tanto contra los peligros que nos amenazan por fuera como la idea de los numerosísimos que se albergan en nuestro propio seno. ¿Qué mayor demencia que desfallecer al fragor del trueno, y arrastrarse bajo tierra por temor al rayo? ¿Qué hay más necio que temer la conmoción y caída repentina de las montañas, las irrupciones del mar empujado fuera de sus límites, cuando la muerte está presente en todas partes y por todas ellas amenaza, no habiendo nada tan exiguo que no baste para la destrucción del género humano?”
Y da una visión “positiva” de la muerte en un cataclismo: “Lejos de consternarnos por estos trastornos, lejos de creerlas más terribles que la muerte ordinaria, todo lo contrario, puesto que es necesario salir de la vida y exhalar alguna vez el espíritu, afanémonos por perecer en una gran catástrofe. Necesario es morir en tal o cual paraje, más pronto o más tarde. Aunque esta tierra permanezca firme, aunque nada pierda de sus límites, aunque ningún cataclismo la trastorne, no dejará de estar sobre mí algún día. ¿Qué importa, pues, que la arrojen o que ella se arroje por sí misma? que rasgados por no se qué fuerza poderosa, se abran sus costados y me precipiten en inmensos abismos, ¿qué importa? ¿Es más suave la muerte en la superficie? ¿Puedo quejarme si la naturaleza no quiere que descanse en paraje ignorado, si me sepulta en una parte suya? Egregiamente dice nuestro Virgilio en aquel verso:
Si hay que caer, yo quiero caer del cielo
Nosotros podemos decir lo mismo. Si es necesario caer, caigamos cuando el orbe se quebranta; no porque deban desearse los desastres públicos, sino porque es motivo grande para resignarse a la muerte, ver que la naturaleza misma es mortal.”

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21 agosto 2007

Imitar y aprender.


Hasta la fecha, en el mundo animal se conocen las enemistades manifiestas de los lobos con las ovejas, de los osos con las vacas, de los perros con los gatos, de los zorros con las gallinas, de los galgos con las liebres.... incluso, como rasgo distintivo de la especie, se habla de la enemistad de los hombres con los hombres, pero no se había encontrado referencia alguna al antagonismo entre gallinas y ratones, sin embargo he encontrado pruebas de que tal hostilidad existe, al menos en aquellas cuatro gallinas de las que os he hablado en otros posts.
Tal vez como resultado de la convivencia con los gatos, han aprendido el odio ancestral hacia los ratones e, imitando el comportamiento de éstos, no perdonan la vida de ninguno que se cruce en su camino. La prueba evidente es esta fotografía, en la que la gallina, como si de un gato se tratara, lleva en su pico a un ratón. Y es que, como decía Séneca: “ Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos”.

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20 agosto 2007

Farola sobre la hierba.


Los Incendios Forestales constituyen uno de los principales problemas con los que se enfrenta cada verano nuestro País. Para prevenirlos, los diversos organismos oficiales toman medidas preventivas que prohíben la quema de matorrales y pastos; las hogueras para comidas; el fumar mientras se trabaja, se camina o se monta a caballo por el monte; el uso de cartuchos de caza provistos de tacos de papel; el lanzamiento de cohetes, globos o artefactos de cualquier clase que contengan fuego, en zona de masa forestal; la utilización de grupos electrógenos, motores, motosierras, equipos eléctricos o de explosión y equipos de soldadura en zonas forestales, pero no prohíben expresamente tirar farolas encendidas sobre la materia combustible del bosque. A pesar de que, haciéndolo coexisten los tres factores del “triángulo del fuego” : combustible (hierba seca), comburente (aire)y foco de ignición (el intenso calor que desprende la bombilla encendida). Creía yo que Juntos los tres provocarían una combustión, sin embargo, la observación directa del fenómeno demostró que no es así: durante una semana vi lo mismo que veis en la fotografía y ni hubo incendio, ni riesgo, porque nadie se preocupó de retirar durante ese tiempo la farola. ¿ Será que algún organismo ha descubierto que sólo después de una semana de contacto entre una farola encendida y la hierba seca comienza a haber riesgo de incendio?. Sea como fuere, la imagen no deja de ser, cuando menos, pintoresca.

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17 agosto 2007

Siegas, cortes, muertes y guadañas.


El conocimiento generalizado de la guadaña a día de hoy viene determinado por su asociación con la muerte, la cual, desde la Edad Media, se pinta como un esqueleto que lleva tal instrumento para segar las vidas de los vivientes cuando les llega la postrera hora. Esta asociación iconográfica hace que se tenga una visión muy negativa de la guadaña, pero ha dado más vida a los humanos que muertes ha propiciado.
Hasta su invención se usaba la hoz para segar hierbas y cereales. El trabajo era lento y la postura del segador, mantenida durante largas jornadas, producía un intenso dolor a la altura de los riñones, que tendía a cronificarse, hasta dejar baldado al campesino.
La guadaña permitió segar más prados y más tierras sembradas de trigo, cebada o centeno en menos tiempo, desde una postura más ergonómica que evitó algunas de las llamadas hoy enfermedades laborales.
Pero la eficacia de tal instrumento viene determinada no sólo por la habilidad y fuerza del segador cuando tiene en su manos el “astil”, sino que es el picado o cabruñado del filo, dando golpes con el martillo al corte sobre el yunque, el que marca la diferencia entre buenos y malos segadores, entre eficiente y deficiente siega.
Así pues, tanto en la siega como en la muerte, más importa lo afilado que esté el corte y las manos del segador, que la vida o el cereal que haya que segar.

14 agosto 2007

Al fin, Cataluña.




Por la carretera nacional 420 entré en Cataluña para enlazar con la AP-7, autopista de peaje que merece la pena ser recorrida para ejercitar la paciencia y el autocontrol.
Llegué al parque natural de Montseny, reserva de la biosfera, pulmón de Barcelona y respiro de los catalanes. Visité el monasterio de Montserrat, donde tiene su residencia permanente “ La Moreneta”, virgen patrona de Cataluña. Lo que allí vi me recordó lo visto en Fátima y en Lourdes; para un escéptico como yo, no deja de ser interesante la observación de las distintas morfologías y funcionalidades que adquiere el comportamiento supersticioso.
Seguí ruta hacia Girona y una vez comprobada la diferencia abismal que hay respecto al cuidado y la atención al turismo y al patrimonio entre León y esta ciudad (cuánto debemos aprender de ellos), fui a “La Garrotxa”, zona volcánica similar al Puy de Dôme francés. Me encaramé en Olot al cráter del Montsacopa y me acerque a la base del Croscat. Pueblos como Besalú, Castellfollit de la roca o Santa Pau son ejemplo de conservación patrimonial y explotación turística.

En la costa comprobé que se pagan setenta y ocho euros en la rula del puerto por kilo de gamba grande de Palamox, y que en Cataluña el turismo existe en el interior y en la costa, en la playa y en la montaña, en los pueblos y en las ciudades y todo gracias a que los catalanes si existen y desde hace mucho tiempo saben lo que hay que hacer para serlo y parecerlo.


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13 agosto 2007

Algo de lo que hay en Teruel.



Comprobada la existencia de Teruel, lo atravesé mirando sus contenidos. La sierra de Albarracín fue reino independiente del Califato cordobés y perteneció a la familia de los Beni Razin, a la que debe su nombre. Conserva los restos de un castillo y está rodeado de murallas; tiene catedral y palacios góticos y renacentistas. Muy cerca está el Rodeno, donde piedras y pinos guardan pinturas rupestres postpaleolíticas, realizadas entre el 6.000 y el 1.500 a.C.. Crucé los “Montes universales” por carreteras que, sin apenas subidas, alcanzan alturas de 1650 metros; se ve el amarillo de muchas tierras sembradas de cebada ya cosechadas y los abundantes restos de paja hacen previsible una gran cosecha este año .
Siguiendo esta ruta llegué hasta a la zona de Calanda, patria de Buñuel, donde diversos carteles recuerdan que estamos en la ruta del tambor y el bombo, pero ni bombos ni tambores encontré, probablemente duermen profundo sueño del que despiertan cada Semana santa para perturbar la tranquilidad y machacar con su sonido los oídos de quien por allí está en esas fechas. Además de ser patria de estos instrumentos musicales, su producto estrella es el melocotón, al que envasan en el árbol antes de madurar para evitar caídas, plagas y tratamientos fitosanitarios.

Esperé el amanecer en Alcañiz para pasar por Gandesa (“si me quieres escribir ya sabes mi paradero...”) a Cataluña, región de la que nadie duda de su existencia. Mañana os contaré.

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11 agosto 2007

¿Existe Teruel?.


La afirmación “Teruel existe” que con insistencia mantienen algunos da por supuesta y consabida la contraria: “Teruel no existe”. Sus razones tendrán quienes dicen una cosa o la otra, pero la mejor manera de comprobar la veracidad o la falsedad de tales aseveraciones es ir allí. Los conocimientos previos sobre Teruel que la mayoría de los ciudadanos tenemos hacen referencia los amantes de Teruel ( tonta ella y tonto él); a la batalla de Teruel, en la que el ejército republicano, a pesar de su teórica superioridad, sufrió una dolorosa derrota que propició la conquista del nordeste peninsular por parte de los franquistas y a los mudéjares, árabes o “ moros de paz, a los que los cristianos permitieron quedarse en el territorio “reconquistado”.
El hecho de que los mapas de carreteras ubiquen Teruel en el sur de Aragón es indicio de su existencia. Siguiendo la que procede de Cuenca llegué un mediodía bajo el sol abrasador y recorrí los lugares aconsejados por los informadores turísticos. Visité el mausoleo de los amantes, la catedral, las torres mudéjares, el acueducto, el viaducto y la plaza del torico, pruebas evidentes de que existe Teruel. Los que niegan su existencia quizás quieran decir que puede desaparecer, como cualquier capital de las provincias del interior español, si no hay un decidido y racional apoyo desde las instituciones regionales, nacionales y comunitarias.
Así pues, no se puede negar la existencia de Teruel (ni la de León, Huesca...) pero tal vez algún día haya que cambiar la expresión y decir “ Teruel existió” o preguntarse “¿existió Teruel?” porque sucede como con “sus amantes”: indicios hay de que pudieron existir y todo lo demás indica la necesidad de creer que de verdad existieron.

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