el cazurro ilustrado

17 marzo 2013

Vencidos por divididos.


Los poderes públicos deben estar encantados porque consiguen que los ciudadanos nos veamos clasificados dicotómicamente, siempre formando parte de un grupo que debe enfrentarse a otro para sobrevivir, como si sólo hubiera un trozo de tarta a la que accederán los que ganen.
Se enfrenta la enseñanza pública a la enseñanza privada; los fumadores a los no fumadores; los parados a los que tienen trabajo; la izquierda a la derecha; la cara a la cruz; los que creen en el derecho a una muerte digna a los que piensan a que "a quien dios se la dé, san pedro se la bendiga";los nacionalistas a los no nacionalistas; los agricultores y ganaderos, los jóvenes a los viejos; los hombres a las mujeres, y así sucesivamente hasta conseguir que se hable solamente del enfrentamiento o de los resultados del mismo, sin que nos demos cuenta que tales dicotomías sólo le sirven al poder para distraer la atención del ciudadano de los verdaderos problemas y de las auténticas soluciones.
El problema educativo de este país nada tiene que ver con la enseñanza pública o privada, tiene que ver con la importancia que le dé a la misma el ministerio de hacienda a propuesta del de educación y en función de ella, la asignación de menos o muchos menos fondos ya que los estudiantes no votan y siempre es mejor gobernar a gente ignorante que a gente formada, aunque nos digan que van a poner en marcha veinte mil planes de mejora y nos hablen de la calidad educativa como un objetivo prioritario porque la realidad es que sólo están interesados en la transmisión de sus ideas o ideologías, pero llega a tales límites su ignorancia que ni siquiera saben cómo .

Mientras estas falsas polémicas inundan los medios y las tertulias, aquellos que nos gobiernan o desgobiernan se frotan las manos, por haber conseguido que no se hable de lo que se tiene que hablar y que no es otra cosa que de su gestión, del cumplimiento o no de sus promesas electorales .
Conseguido el silencio sobre lo que de verdad importa ya tenemos a nuestros políticos embarcados en una aventura que tiene más que ver con el bien propio que con el bien común y mucho más con el sentido propio que con el sentido común. De esta aventura si que saldrá una verdadera dicotomía: la de los que crean dicotomías para distraer la atención de los ciudadanos y la de los ciudadanos dicotomizados con la atención dispersa, perdidos en una maraña de cuestiones irresolubles por mal planteadas. La otra parte, una vez generada la polémica, está en disposición de hacer justo lo contrario de lo que se supone que debería hacer: suben los impuestos, recortan presupuestos, cortan ayudas, privatizan servicios y empresas, adjudican a dedo, montan oposiciones con perfiles para sus amigos y familiares, devuelven favores, cobran diezmos y primicias, en fin, reparten la tarta ( que hicimos entre todos) entre sus amigos , allegados y simpatizantes.
El ciudadano de a pie, cabreado por lo poco que recibe a cambio de lo que paga carga contra sus iguales sean jóvenes, viejos , mujeres, homosexuales, trabajadores o parados, sin darse cuanta que nuestros enemigos naturales son los gobiernos que han dividido a la sociedad en pequeños trozos para engullirla mejor.

08 marzo 2013

Día de la mujer.


Si hacemos caso  de lo que dice  Herodoto (484-425 .adc) en el  segundo de sus nueve libros de Historia,  vemos como hubo ya en la antigüedad sociedades en las que no sólo había igualdad entre hombres y mujeres, sino que, además, los  roles estaban cambiados y las mujeres asumían tareas reservadas durante mucho tiempo exclusivamente a  los hombres,  e incluso la topografía  de algunos comportamientos funcionalmente iguales, (orinar) era, juzgado con valores actuales, masculino en las  mujeres  y femenino en los hombres:
"Tanto por razón de su clima, tan diferente de los demás, como por su río, cuyas propiedades tanto lo distinguen de cualquier otro, distan los Egipcios enteramente de los demás pueblos en leyes, usos y costumbres. Allí son las mujeres las que venden, compran y negocian públicamente, y los hombres hilan, cosen y tejen, impeliendo la trama hacia la parte inferior de la urdimbre; cuando los demás la dirigen comúnmente a la superior. Allí los hombres llevan la carga sobre la cabeza, y las mujeres sobre los hombros. Las mujeres orinan en pie; los hombres se sientan para ello. Para sus necesidades se retiran a sus casas, y salen de ellas comiendo por las calles, dando por razón que lo indecoroso, por necesario que sea, debe hacerse a escondidas, y que puede hacerse a las claras cualquier cosa indiferente."