el cazurro ilustrado

23 abril 2013

23 de Abril. Algo que celebrar o llorar.


Hoy, 23 de abril, tenemos tantas cosas que celebrar que nadie recuerda aquellas que tenemos que llorar. Se conmemora el día de Aragón, en honor a su patrón, San Jorge, muerto el 23 de abril de 303. En Cataluña se celebra la Diada de Sant Jordi, día de los enamorados, en el que se regalan libros y flores. En Alemania festejan el “ día de la cerveza” en recuerdo de la “ley de la pureza” , decretada por Guillermo IV de Baviera el 23 de abril de 1516, que establecía que la cerveza sólo se podía elaborar con tres ingredientes: agua, malta de cebada y lúpulo. Se homenajea al libro, dado que en un día como hoy nació y murió William Shakespeare ( 23 de abril de 1564 - 23 de abril de 1616) y falleció Miguel de Cervantes (29 de septiembre de 1547 - 23 de abril de 1616). Es también el día de nuestra Comunidad, Castilla y León, en recuerdo del ajusticiamiento de los comuneros Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado en Villalar de los comuneros el 23 de abril de 1521, alzados contra Carlos I de España y V de Alemania.
En medio de esta orgía de celebraciones, nadie o pocos hablan de San Jorge como traidor a Diocleciano; ni del monopolio cervecero de Guillermo IV, que aumentó los precios al eliminar a otros cereales competidores; ni de la triste muerte de Shakespeare en medio de una fuerte fiebre en estado de embriaguez y probablemente canceroso; ni de las penas, infortunios, lesiones permanentes y pobrezas padecidas por Cervantes hasta su muerte; ni de los intereses ocultos de los comuneros que asaltaban los caminos, robaban iglesias, quemaban casas, saqueaban pueblos y arrasaban cosechas para que Antonio de Acuña , obispo de Zamora, lograra el Arzobispado de Toledo; para que Juan de Padilla consiguiera el maestrazgo de Santiago; para que Clavero gobernara el maestrazgo de Alcántara; para que el abad de Compludo se hiciera con el Obispado de Zamora; para que el prior de Valladolid se asentara en el Obispado de Palencia; para que Pedro Pimentel, Maldonado, Quintanilla, Sarabia, el licenciado Bernardino y Cabeza de Vaca se apoderasen de las suculentas rentas de la rebelión; para que Ramir Núñez fuera conde de Luna y Juan Bravo conde de Chinchón. Así pues, por cada celebración tenemos varios motivos de tribulación.