el cazurro ilustrado

24 junio 2014

Las aguas de San Juan

La noche de San Juan no fue propicia para  encender la hoguera purificadora porque la tormenta  se empeñó  en mostrar la victoria del agua sobre el fuego . Hoy,   las fuentes, los regueros y el río vienen crecidos para contradecir  a los que repiten que “el agua de San Juan quita vino y no da pan” y dar la razón a los que sostienen   que “Por San juan un baño es salud para todo el año” y que  “el agua de San Juan  todo lo puede curar”.  Este agua cura enfermedades, protege a  las personas, a los  animales y a los  bienes materiales rociados con ellas. Mirad como estaban antes de caer el agua.  En breve  os mostraré el milagro que hace esta lluvia de San Juan  en los sembrados. 

07 junio 2014

¿Engañados y encantados?

Cuenta Plinio que Toranius, comerciante de esclavos, vendió a Marco Antonio dos muchachos hermosos, uno nacido en Asia y el otro más allá de los Alpes, pero de un gran parecido. Una vez en casa, al ver  que los niños hablaban la misma lengua se descubrió el fraude y Marco Antonio muy  enfadado reclamó, entre otras cosas, el alto precio ( había pagado 200.000 sestercios).
El hábil comerciante respondió que esa era precisamente la razón por la que los había vendido tan caros, ya que la similitud entre dos hijos de la misma madre no era raro, pero una similitud entre dos individuos nacidos en diferentes naciones con el mismo talle y la misma lengua era una cosa escasa y cara. Excitado por esta respuesta, de furioso y cruel, cambió a creer que  no había nada mejor en toda su fortuna. Igual que nosotros  cuando nos venden   promesas, las incumplen y nos convencen que es lo mejor que nos ha podido pasar.

02 junio 2014

Hasta siempre, tío César.

Querido tío César, el sábado pasado a las 12h 15´ te dijimos adiós  en Valverde de Curueño,  el pueblo donde naciste y a donde regresabas  siempre que podías. Viviste  93 años  en los que, con la lucidez y la  continua actividad aún  en la  senectud, nos diste  razones para entender que no sólo no renegabas  de la vejez sino que la aceptabas como una etapa más de la vida, rica en dones, tan gratificantes como los de otras etapas de la vida,  que tan bien y  también supiste vivir.
Pienso en ti y recuerdo a  Cicerón cuando decía: "Si no vamos a ser inmortales, es deseable, por lo menos, que el hombre deje de existir a su debido tiempo. Pues la naturaleza tiene un límite para la vida, como para todas las demás cosas".
Supiste vivir  y dejaste de existir  a su debido tiempo. Te echaremos de menos, pero tus enseñanzas en la manera de  enfrentarte  a las  vicisitudes de la vida estarán  siempre con nosotros. Viviste en  paz y descansas en paz.