el cazurro ilustrado

19 enero 2018

El robo como norma.

Cuanto más  oigo declarar a los implicados  en el caso Gürtel, más   seguro estoy de que  han robado y hurtado con la misma conciencia  con la que oraría  un  santo varón y más en duda pongo la  transparencia, austeridad y honradez que deberían tener los políticos que nos gobiernan.  Estamos en un caos económico similar al de la Roma de Tiberio. Este emperador romano, al que Plinio el viejo llamó “el más triste de los hombres”, y así podría  definirse también a Mariano, instauró la crueldad y el terror que continuaría Calígula, cruel, extravagante y perverso que quería tanto a su caballo que le convidaba a su mesa y le hacía beber vino en vasos de oro, mientras el pueblo romano pasaba hambre.
Pero Tiberio tuvo un momento de lucidez y dijo: “Si agotamos, por el lujo, el tesoro público, será preciso suplirle por medio del delito”. Eso es lo que   ha pasado en este país:  sobrecargar al pueblo  con nuevos tributos que financian sobornos, cohechos, corrupciones y prevaricaciones.

16 enero 2018

San Antón, patrono de los animales.

El  17 de enero,  se celebra  San Antonio Abad, o San Antón, patrono de los animales, porque según cuenta la leyenda,  en una ocasión se le acercó una  jabalina  con sus jabatos ciegos, en actitud de súplica.  San Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. En algunas iglesias, los feligreses llevan a sus mascotas para recibir las bendiciones del santo a fin de que les colme de salud y de larga vida. En tiempos pasados se los  encomendábamos  para que dieran más leche, pusieran más huevos, no se los comiera el lobo, o mejoraran de una patera o un carbunco y  hoy ponen bajo su protección  las  múltiples y diversas mascotas para  que dejen de hacer pis  en la alfombra o para que mejoren de la operación de vesícula  o para que no  se despierten en la noche con los ronquidos de su dueño. Tanto han cambiado las relaciones de los humanos con los animales, que si nuestros abuelos levantaran la cabeza, dirían lo  que  aquel censor romano, cuando fue a visitar a la mujer de un amigo suyo, que  estaba recién parida y se la  encontró  dando de mamar a un perrito; entonces se dirigió al Senado y dijo a los representantes del pueblo que  grandes males habían de venir  sobre Roma  porque había visto un prodigio: una mujer romana negaba la  leche a sus hijos  y dejaba  sus pechos para que mamaran los perros.

05 enero 2018

La estrategia de los reyes magos.

En estas  fechas (tan entrañables) siempre recuerdo  a un chico de doce años  que con frecuencia ocultaba a sus padres la fecha de los exámenes, para que no le obligaran a estudiar. Descubierta la estratagema, su padre le prohibió ir a ver los partidos de la Cultural y deportiva leonesa , ya que era su actividad favorita, hasta que no cambiara de actitud. Repuesto el estudiante del enfado inicial, diseñó una estrategia que obligara a su padre a anular la sanción. Tenía un hermano de cuatro años que, muy ilusionado, pedía a los reyes magos todos los juguetes que la tele anunciaba; al verlo, se le ocurrió la solución. Fue a ver a su padre y le dijo: “papá, si no me dejas ir al fútbol, le digo a mi hermano quienes son los reyes magos”. Ante la posibilidad de quebrar la ilusión del más pequeño, el progenitor accedió a dejarle ir a ver los partidos. Para mantener la esperanza de uno debió permitir el atrevimiento del otro, pero el niño atrevido puede convertirse en un joven revoltoso, y un joven revoltoso puede llegar a ser un adulto desvergonzado y mudar en un viejo escandaloso, todo ello a causa de los reyes magos.

03 enero 2018

Culpable si; loco no.

Proliferarán estos días miles de hipótesis explicativas sobre el por qué del comportamiento de Enrique Abuín Gey, alias “el chicle”, asesino confeso de Diana Quer. Se hablará de trastorno o perturbación mental, de comportamientos extraños, de personalidad enfermiza, de psicopatía o de cualquier otra etiqueta sacada del DSM V. Si damos por buenas estas explicaciones, no tendremos más remedio que sacar a Enrique de la criminalidad para meterlo en la enfermedad y, si fuera así, su comportamiento no sería judicialmente punible sino médicamente tratable o, al menos, biológicamente explicable.
Si son la locura o la psicopatía las causas de la aberración  cometida, es claro que Enrique es inocente o no responsable de sus actos;  pero la patologización o psicopatologización de su comportamiento, lejos de “humanizarle” lo que hace es quitarle su “dignidad” como ser humano, al desposeerle de la libertad de actuar como lo hizo. Además, no podemos pedir que responda de sus actos ya que esto solo puede hacerse con personas libres y responsables. Por eso es grave error apelar a  cualquier trastorno, patología o estructura cerebral  para  atenuar las consecuencias que debe tener su execrable  comportamiento.
El comportamiento humano tiene correlatos cerebrales que en ningún caso lo explican. Puede ser el funcionamiento cerebral necesario, pero es a todas luces insuficiente. Como dijo Luria: “La solución real del problema del desarrollo de las funciones mentales superiores se halla en la premisa fundamental de que el hombre es un ser social, un producto de la historia social y sujeto activo de las relaciones sociales… La existencia de la relación social del hombre con el mundo externo debe ser considerada como la fuente básica de las más elevadas formas de conducta consciente, no tan sólo en su contenido sino también en sus formas de existencia". “No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser sino, al contrario, es su ser social lo que determina su conciencia”.

Y es su historia la que explica su comportamiento. “El chicle” es responsable  de sus actos y  su  culpa es  de tal magnitud, que no es el sanatorio, sino la cárcel de por vida, el lugar que debe ocupar.