el cazurro ilustrado

19 enero 2018

El robo como norma.

Cuanto más  oigo declarar a los implicados  en el caso Gürtel, más   seguro estoy de que  han robado y hurtado con la misma conciencia  con la que oraría  un  santo varón y más en duda pongo la  transparencia, austeridad y honradez que deberían tener los políticos que nos gobiernan.  Estamos en un caos económico similar al de la Roma de Tiberio. Este emperador romano, al que Plinio el viejo llamó “el más triste de los hombres”, y así podría  definirse también a Mariano, instauró la crueldad y el terror que continuaría Calígula, cruel, extravagante y perverso que quería tanto a su caballo que le convidaba a su mesa y le hacía beber vino en vasos de oro, mientras el pueblo romano pasaba hambre.
Pero Tiberio tuvo un momento de lucidez y dijo: “Si agotamos, por el lujo, el tesoro público, será preciso suplirle por medio del delito”. Eso es lo que   ha pasado en este país:  sobrecargar al pueblo  con nuevos tributos que financian sobornos, cohechos, corrupciones y prevaricaciones.