El diablo entienda el guisado.
“Somos, sin duda, las mujeres como puentes, que si
no estamos cargadas de ojos, se abre y hiende la obra, y antes quebramos por
falta de ojos que por sobra de pasajeros, aunque sean muy pesados. Somos las
mujeres como mosquitos, que se van con más deseo al vino más fuerte en que más
presto se ahogan. Somos como rabos de pulpo, que quien más le azota, le come
mejor sazonado. Somos como mariposas, que dejando la apacibilidad del sol y de
la luna, con toda propiedad morimos por la abrasadora luz de la candela, donde
juntamente hallamos el desengaño y el castigo. Muere muy antes una mujer por un
atrevido que ofendió su honor, y aun su gusto, que por un comedido que la
guarda el aire, que es un no sé qué y sí sé qué raro. Las mujeres, del disgusto
hacemos salsa de agraz al gusto. El diablo entienda el guisado.”
Francisco
López de Úbeda: "La pícara Justina" (1605)
En la foto: Los últimos alumnos de la escuela unitaria de Valverde de Curueño. ¡A ver si los conocéis!