el cazurro ilustrado

20 noviembre 2019

En el día de la infancia, has de saber......

Estimad@s niñ@s, en vuestro  día internacional, debéis  saber, aunque nadie os  lo diga,  que vuestro comportamiento infantil puede considerarse como espejo del entorno socioeducativo en el que vivís, por mucho que se empeñen en acusar a los genes, a los instintos o a constructos como la personalidad, el temperamento... .
Habéis  de saber, estimad@s niñ@s, que todo ser humano, por perverso que sea, por anormalmente que se comporte, con toda seguridad cuenta en su actuación cotidiana, en su conducirse habitual, con muchos más actos considerados como positivos, correctos o adaptados que con conductas calificadas de incorrectas anómalas o negativas. El mero hecho de vivir y desarrollarse entre seres humanos conlleva el aprendizaje de múltiples comportamientos de todo orden que forma parte de lo establecido por la comunidad en cuestión.
Pero habéis  de saber, estimad@s niñ@s, que,  como es lo “natural”, se juzgará como si de algo congénito se tratara. Se atenderá sistemáticamente a lo “anómalo” de vuestro comportamiento y la ocupación básica se centrará en suprimir, eliminar el “mal comportamiento” y los comportamientos correctos pasarán a un segundo o tercer término y serán aciagamente relegados e ignorados.
Tenéis que saber, estimad@s niñ@s, que cuando os conduzcáis satisfactoriamente no haréis sino cumplir con vuestra obligación, con vuestro deber. Vuestros  “buenos comportamientos”, vuestras conductas “normales” ni se apreciarán, ni se les dará importancia, ni se les otorgará mérito. Sólo interesarán si están ausentes. Los efectos que os  lloverán por esta actitud de los adultos serán el incremento de la ansiedad, la desorganización del comportamiento, el empeoramiento de  vuestra autoimagen y la probabilidad de recibir castigo, desaprobación o estimulación aversiva. Esto llevará a los adultos a no experimentar gratificación alguna a través de la relación establecida con vosotros ; sólo van a contar con la mísera satisfacción o consuelo de la supresión a corto plazo de algún comportamiento problemático. Ni siquiera se congratulará consigo mismo por esos aspectos positivos que posee vuestro   comportamiento y que bien pudieran ser fruto de su personal actuación.
Habéis de saber, estimad@s  niñ@s,  que el énfasis reiterado sobre lo que se hace mal y sobre la prohibición tendrá consecuencias claramente frenadoras sobre vuestro  desarrollo, pero ha de saber vuestro  educador, padre o maestro que vuestras conductas adaptadas, satisfactorias, precisan del reforzamiento para mantenerse y evolucionar positivamente, a pesar de las ideas simplistas, maniqueas, parciales, reduccionistas e interesadas que abundan en el mercado educativo.

Habéis  de saber, estimad@s niñ@s, que vuestra  estabilidad emocional futura como adultos, no depende de que carezcáis de experiencias aversivas en vuestra  infancia, sino más bien de que si las tengáis aunque, claro está, dentro de unos límites, esporádicas, previsibles y puntuales, por mucho que se empeñen en haceros  creer que en la vida todo es de color de rosa. Y, Por último, en este día universal de la infancia, habéis  de saber que hacer lo que se debe hacer y dejar de hacer lo que es preciso dejar de hacer, conlleva casi siempre desasosiego, dolor y esfuerzo; por mucho que se empeñen en haceros  creer que en esta vida todo es posible, tendréis  que aprender que muy pocas cosas son probables.