Control de estímulos.
Tenían los espartanos la costumbre de ir a presentar batalla al enemigo vestidos con telas de color rojo. El color de la vestimenta cumplía dos funciones: en primer lugar conseguían disimular la sangre en caso de que fuesen heridos, evitando así que su visión les causase temor o desmayo al ver la sangre derramada y en segundo lugar, impedían que sus enemigos cogiesen bríos y ganas de vencerles, al notar que estaban heridos.
Aunque no lo formularan técnicamente, conocían y aplicaban lo que hoy se denomina “control de estímulos”: cuando un comportamiento problemático está claramente bajo el control discriminativo de un estímulo observable, la aproximación generalmente adoptada no es eliminar el estímulo discriminativo o reducir la frecuencia de contacto con el estímulo, sino manipular la relación funcional de tal forma que el estímulo no ocasione más la conducta problemática.
Se trata(ba), en definitiva, de eliminar la funcionalidad de aquellos estímulos (sangre) que impedían la ejecución de la conducta deseada(pelea), la cual se pretendía implantar en el repertorio de los soldados.
Aunque no lo formularan técnicamente, conocían y aplicaban lo que hoy se denomina “control de estímulos”: cuando un comportamiento problemático está claramente bajo el control discriminativo de un estímulo observable, la aproximación generalmente adoptada no es eliminar el estímulo discriminativo o reducir la frecuencia de contacto con el estímulo, sino manipular la relación funcional de tal forma que el estímulo no ocasione más la conducta problemática.
Se trata(ba), en definitiva, de eliminar la funcionalidad de aquellos estímulos (sangre) que impedían la ejecución de la conducta deseada(pelea), la cual se pretendía implantar en el repertorio de los soldados.
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