el cazurro ilustrado

14 agosto 2007

Al fin, Cataluña.




Por la carretera nacional 420 entré en Cataluña para enlazar con la AP-7, autopista de peaje que merece la pena ser recorrida para ejercitar la paciencia y el autocontrol.
Llegué al parque natural de Montseny, reserva de la biosfera, pulmón de Barcelona y respiro de los catalanes. Visité el monasterio de Montserrat, donde tiene su residencia permanente “ La Moreneta”, virgen patrona de Cataluña. Lo que allí vi me recordó lo visto en Fátima y en Lourdes; para un escéptico como yo, no deja de ser interesante la observación de las distintas morfologías y funcionalidades que adquiere el comportamiento supersticioso.
Seguí ruta hacia Girona y una vez comprobada la diferencia abismal que hay respecto al cuidado y la atención al turismo y al patrimonio entre León y esta ciudad (cuánto debemos aprender de ellos), fui a “La Garrotxa”, zona volcánica similar al Puy de Dôme francés. Me encaramé en Olot al cráter del Montsacopa y me acerque a la base del Croscat. Pueblos como Besalú, Castellfollit de la roca o Santa Pau son ejemplo de conservación patrimonial y explotación turística.

En la costa comprobé que se pagan setenta y ocho euros en la rula del puerto por kilo de gamba grande de Palamox, y que en Cataluña el turismo existe en el interior y en la costa, en la playa y en la montaña, en los pueblos y en las ciudades y todo gracias a que los catalanes si existen y desde hace mucho tiempo saben lo que hay que hacer para serlo y parecerlo.


Etiquetas: , , , ,