Desacuerdos.
Un arriero estaba casado con una mujer tan contraria a sus opiniones que no había forma de que se pusiesen de acuerdo en ningún asunto que concerniera a ambos.
Pasaban por un puente, ella montada en la burra y él, delante de los dos tirando del ronzal. El arriero, con buenas intenciones y viendo el peligro que corría la mujer en caso de que la burra se espantara, le dijo: -No se te ocurra cantar. Nada más oír la advertencia, comenzó la mujer a tatarear la jota “Dos cosas tiene Boñar que no las tiene León: El maragato en la torre y en la plaza el negrillón”. Fue tal el susto de la burra que en un falso movimiento la tiró al río; la corriente era tan fuerte que por más que intentó socorrerla no pudo salvarla. Viendo que se había ahogado se puso a buscarla río arriba. Otro arriero que había visto toda la escena le preguntó: -¿Qué coime haces?. –Buscar a mi mujer que se cayó al río y se ahogó- dijo el arriero. –Debéis buscarla río abajo. –No señor, porque mi mujer siempre fue contraria a mis opiniones.