Curso sobre discapacidad mental profunda, Valladolid.
Vamos a traspasar el ecuador del curso sobre discapacidad intelectual severa y como el ambiente que se respira es sumamente grato, agradable y, de vez en cuando, nos echamos unas risas; y cómo, además, se han puesto de moda los cursos de risoterapia, como algo novedoso, os cuento lo que he leído en un libro titulado: “Medicina de las pasiones o las pasiones consideradas con respecto a las enfermedades, las leyes y la religión”, escrito por el francés JBF desguret y traducida por Pedro Felipe Monlau, en el año 1842.
En el capítulo IX trata de las pasiones consideradas como medio de curación en las enfermedades, donde asegura que venenos hay que , en las manos de un hábil facultativo, se convierten diariamente en remedios eficaces. Hablando de la alegría y de la risa hace un repaso por diferentes autores: La alegría, dice Mackensie, es el sostén de la salud y el contraveneno de las enfermedades. La alegría, según Hipócrates, es favorable en todas las dolencias. Galeno asegura haber visto muchísimos enfermos que debieron su curación más bien a su humor jovial que al uso de los medicamentos. Por último, Ambrosio Pareo, Sanetorio , Pechlin, Tissot y otros muchos observadores citan un sinnúmero de curaciones obtenidas por efecto de la alegría , principalmente en las fiebres intermitentes, la ictericia, el escorbuto, las escrófulas y la parálisis.
Muchas vómicas, o abscesos del pulmón, se han abierto en los bronquios y han sido felizmente expelidas a beneficio de la risa. Sabido es que con la lectura de las Cartas de los hombres oscuros, arrojó Erasmo la vómica que le sufocaba, y que su fuerte risa le salvó la vida.
Corinjio, según aseguran, se curó de una terciana rebelde á consecuencia del placer que tuvo en conversar con Meibomio.
Como veis, en este país creemos estar descubriendo cada día las sopas de ajo.