Vacunas y salud.
Parece estar bastante demostrado que las vacunas generan más beneficios que perjuicios en los humanos, aunque, como pasó en la “epidemia” de gripe A del curso pasado haya actuaciones que pueden quedar bajo sospecha ya que la salud, en ocasiones, se convierte en un colosal negocio, donde la seguridad y el bienestar de los pacientes pasa a un segundo, tercer o enésimo orden. El caso es que después del revuelo que se montó sobre la eficacia o no de la vacuna para prevenir la supuesta epidemia, un paisano ya mayor de un pueblo de la montaña me dijo que las vacunas, lejos de ser favorables a la salud, eran muy perjudiciales. Para convencerme me decía que a un niño robusto y pletórico de salud le habían vacunado y a los dos días debieron ingresarle en el hospital y que había estado a punto de morir o de tener graves secuelas. Yo le pregunté cómo había ocurrido todo y él me contestó que se había caído de un árbol de la huerta, que el golpe fue morrocotudo y añadió : - ¡ Para fiarse uno de las bondades de las vacunas!