el cazurro ilustrado

24 octubre 2010

Realidad y representación.


En el siglo V a.c. Zeuxis pintó un cuadro que representaba a un muchacho que  llevaba un canastillo repleto de frutas, entre las que destacaban las  uvas en racimos. Era tal el realismo de la pintura que los pájaros se lanzaban a picar los frutos como si estuviesen  en las cepas. Las gentes alababan el prodigioso isomorfismo entre los objetos y su  representación, hasta que el pintor cayó en la cuenta de que, si bien era cierto que la fruta estaba tan bien imitada que era capaz de  engañar a las  aves, no era menos cierto que el muchacho debía estar muy mal pintado, puesto que su imagen no imponía  ningún respeto a los pájaros, que se acercaban  al cesto sin  ningún temor, a pesar de que lo tenía entre las manos.
Curiosamente, este pintor murió de un ataque de risa cuando una  anciana le encargó que pintase a la diosa Afrodita, pero que usara como modelo  a ella misma.