el cazurro ilustrado

01 agosto 2009

Del pesimismo de la cerveza al optimismo del vino.

Erasmo Maria Caro (1826-1887), filósofo francés, en su libro “El pesimismo en el siglo XIX. Leopardi, Schopenhauer, Hartmann”, citando a James Sully (1842-1923). Psicólogo británico que en su doctrina relaciona los fenómenos psíquicos con los hechos fisiológicos, me dieron alguna de las claves para explicar el pesimismo que recorrió Europa en el siglo XIX de la mano de los filósofos alemanes. Según ellos, esta filosofía con sus tristes visiones, es la filosofía natural de los pueblos que no beben más que cerveza. “No hay cuidado de que se aclimate nunca en los países de la viña y menos en Francia; el vino de Burdeos aclara las ideas, y el vino de Borgoña destierra las pesadillas.” Podríamos añadir que tampoco en España hay peligro de que se instale el pesimismo, a no ser que el consumo de cerveza sustituya a los jugosos y espirituosos caldos riojanos, manchegos, bercianos o “prieto picudos”, por citar algunos de los remedios anti pesimistas que se estilan en nuestro país.Si el espíritu de la cerveza es pesimista, el del vino ayuda a los humanos a renunciar a esta postura violenta y desesperada de insultar a los dioses ausentes o al sordo destino y nos pone en el camino de volver a la sabiduría de Cándido ( el optimismo) de Voltaire, cultivando nuestro jardín. Así, estas vacaciones, iré a “Tras os montes” y, cuando el sol apriete, en lugar de cerveza, beberé “viño verde” y a la vuelta trillaré la cebada y los garbanzos que maduran en mi jardín y mientras doy vueltas moliendo la parva, la bota rebosará vinos de Valdevimbre, los Oteros, prietopicudos o bercianos. Renacerá entonces con más fuerza el optimismo y me libraré de las tentaciones pasajeras que provoca el pesimismo, librándome de sus pesadillas.

Etiquetas: