el cazurro ilustrado

05 julio 2009

Visión de la gripe en 1837.

Faltaban 69 años para que se declarara la peor epidemia de gripe de la historia de la humanidad ( gripe española 1918) y el médico español Rafael de Caceres publicó este manual que resumía los conocimientos que de la gripe se tenían hasta entonces. Cometió el error de asegurar que no era contagiosa sino epidémica y los remedios que propone están en línea con las teorías hipocráticas de los humores y temperamentos, sin embargo, la información que proporcionó a sus conciudadanos, pudo ser de alguna utilidad. Como el escrito no tiene desperdicio, os lo posteo integramente.

CURACIÓN DEL GRIPPE,O CATARRO EPIDÉMICO.
PRECEDIDA
De su etimología, definición, y esencia: sus causas, síntomas y curso, duración, terminación y pronóstico.
SEGUIDA
de varios consejos preservativos, de cuya observancia pende el estar mas seguros de la influencia miasmática.
SE PRUEBA
que no es contagioso, sino epidémico.
PUESTA
al alcance de todos los habitantes y de todas las clases, para que puedan manejarse sin Médico hasta cierto punto.
POR
Dr. RAFAEL DE CACERES
Medico-Cirujano, individuo del ilustre colegio de Médicos de Madrid, licenciado en Cirugía-
Médica del colegio de san Carlos, miembro de varias sociedades Médico-quirúrgicas, operador
de cirugía y del arte de partear, y profesor de ambas facultades en la capital de la Provincia de Cáceres.
CÁCERES,1837 IMPRENTA DE D. LUCAS DE BURGOS

A DOÑA MARÍA CRISTINA DE BORBON, REINA GOBERNADORA DE ESPAÑA.
SEÑORA:

Penetrado del maternal desvelo conque V. M. se aflige en las desgracias de vuestros hijos mis conciudadanos, me atrevo á consagraros estas observaciones, que tienen por objeto aliviarlos del miasma epidémico que por todas partes los aqueja- Dignaos aceptarlas, con el Profundo respecto é intima adhesión de vuestro subdito y Médico
Q. B. L. R. P. De V. M.
Rafael de Cáceres

AVISO AL PUBLICO.
El Catarro epidémico, es llamado Grippe del verbo francés Gripper, que significa agarrar, Pillar con sutileza .De aquí hemos adoptado el sustantivo grippe, para expresar, ó ya el modo sutil con que invade el Catarro cuando menos lo esperan los pacientes, ó ya por la parte que afecta en la garganta, á donde especialmente se agarra. Así se dice bien en español, el constipado se le agarró á la garganta.
Por tanto, decir que uno padece el Grippe, es decir que tiene un Catarro agarrado a la garganta.
Esta enfermedad es tan antigua como el mundo, propia de lodos los países, y solo subordinada á la diferencia de la temperatura y las cualidades atmosféricas de que exclusivamente depende. Es de observación constante que aparece con un carácter particular, en los equinoccios, especialmente cuando á estos han precedido constituciones atmosféricas, frías y húmedas, o frías y secas con alguna duración, o cuando estas gradaciones se suceden con mucha rapidez
pasando de un extremo á otro, sin aquella lentitud regularizada que nos hace susceptibles
de todas las impresiones por distantes y opuestas que sean con tal que marchamos a ellas por grados sucesivos. Mas esta docilidad del organismo animal que por medios suaves hace al hombre cosmopolita o habitador de lodos los climas y países del mundo, desaparece enteramente cuando un agente violento viene á perturbar repentinamente la ley de regularidad y armonía que encadena y sostiene las funciones vitales, conduciéndolas a la duración y a la estabilidad.
Violentum naturae inimicum, y este es el gran misterio que debe penetrar la Medicina para explicar los fenómenos extraordinarios que traen consigo las Epidemias y las Endemias, si se ha de oponer con fruto á sus estragos, si pretende arrancar víctimas á su mortífera influencia, y si ha de dictar á los hombres los medios que ha descubierto la prudencia humana para libertarse de ellas. Empresa es difícultosísima y que de ninguna manera acusa la impotencia del arte, pues que no está en su poder estorbar las grandes combinaciones físicas y químicas que se verifican en el inmenso espacio de la naturaleza, y que invirtiendo momentáneamente sus leyes eternas, producen resultados que unas veces favorecen y otras perjudican infinitamente á la existencia de los mortales. Estas dificultades son mayores en los principios de las epidemias, y ya dijo, un sabio Médico que en semejantes ocasiones y fatalidades, siempre es el Médico, nuevo. El modo imprevisto y sorprendente con que ataca la enfermedad, la variedad de sus síntomas en la diversidad de sexos, edades y temperamentos, la reasunción de todas las enfermedades estaciónales que parecen eclipsadas ó abolidas, la diferencia de resultados y terminaciones, la oposición diametral de métodos curativos conque á la vez se salvan y perecen los enfermos, todas estas circunstancias aturden y paralizan al práctico en los primeros momentos, anonadan é inutilizan el arsenal de sus medios terapéuticos, basta que vuelto sobre sí, se lanza con arrojo, observa con serenidad, y pronto comienza á levantar diques en que se estrellan los tiros mortíferos de una epidemia que siempre amenaza con malignidad. Tal hemos visto con el terrible azote del cólera, que aun lleva su devastación por diversas regiones de Europa, á pesar de que la, Medicina y los magistrados, han logrado en parte, desorganizar su causa eficiente, y por lo menos limitar el círculo de sus incursiones.
Afortunadamente el Catarro epidémico que se acaba de presentar en nuestro hemisferio aunque se anuncia con síntomas alarmantes, carece de cualidades letíferas, Cuando no se desprecia y es tratado convenientemente. Los profesores de la ciencia Médica le estudian, con intensa sagacidad y acechan con vigilancia el rumbo que pueda emprender por si se presenta insidiosamente, y como , precursor de mayores calamidades. Tranquilícese pues el Pueblo Estremeño supuesto que la enfermedad es en el día de benignidad y que los Médicos se hallan ya en los puestos avanzados para rechazar los ataques, si por desgracia se llegase á malignizar.
A fin de que el público pueda conocer este Catarro, y distinguirle de los producidos por los constipados comunes, le presentamos el resultado de nuestras observaciones en infinitos enfermos que hemos visitado, comparando al mismo tiempo cuanto han dicho los periódicos y corporaciones Con este objeto manifestaremos su esencia y definición, causas que le producen, síntomas con que se presenta, curso que sigue hasta su terminación, pronóstico que debe esperarse, y últimamente expondremos los métodos curativos que nos han dado los mas felices resultados, sin que hayamos perdido mas qué Una Niña de pocos meses) y un anciano de 68 años; terminando el todo con varios consejos preservativos, de cuya observancia pende el estar mas seguros del miasma epidémico.
Definición y esencia.
El Grippe es el mas grave de todos los constipados, y consiste en una fiebre catarral que se propaga epidémicamente con tendencia á la malignidad.
Causas
Las causas del Grippe ó Catarro epidémico» son desconocidas á priori pero no sé puede
dudar que sea producido por un agente específico que trastorna violenta y repentinamente
las funciones vitales. Se Conjetura que dicho agente reside en las cualidades viciadas del aire atmosférico que respiramos .Tal vez será el calórico concentrado, acaso la electricidad
acumulada en los diferentes centros nerviosos y acaso un miasma sui generís; pero indudablemente deletéreo y depresor de la potencia nerviosa. Los aires frios y secos que han denominado en este Invierno especialmente desde el principio de Marzo, han predispuesto el sistema nervioso aumentando su excitabilidad, han promovido la cohesión de los líquidos y la contractilidad de la libra carnosa, preparando asi elcamino al agente miasmático.
Síntomas y curso.
El Grippe ó Catarro se manifiesta mas comúnmente por un cansancio general, escalofríos,
pesadez, aturdimiento y calor nervioso en la cabeza, dolor en el pecho con dificultad de respirar, sequedad y constricción en las fauces y garganta, debilidad de estómago con sensación gravativa, náuseas y vómitos repentinos, retortijones de vientre con cámaras negras en pocos y precedidas de lipotimias, estreñimiento en la mayor parte, dolores contusivos en los muslos y cuerpo, calambres en los extremos inferiores y dedos de las manos, hemorragias nasales en los temperamentos sanguíneos, esputos sanguinolentos, pulso duro y frecuente, lagrimeo y coriza de humor irritante, inapetencia en los principios, sed casi nula, lengua rubicunda en los bordes y punta, con saburra blanca y amarillenta en el centro en otras seca y árida en su parte media, calentura que se exacerba al anochecer ó por la tarde.
Analizando estos síntomas que muchas veces se presentan tumultuariamente en los diferentes sujetos, hemos llegado á penetrar con evidencia que el agente productor, obra inmediatamente sobre el sistema nervioso, y que la impresión de este, se transmite al muscular, sanguíneo, y vascular, obrando en cada uno según las disposiciones individuales, según el temperamento del sujeto que coge, y según la mayor ó menor exposición á las causas que le provocan.
De aqui deducimos tres modos especiales de invadir el Grippe, muscular nervioso y vascular. En el primero, ó muscular que es el mas benigno, se advierte el cansancio general, la pereza y disgusto para los movimientos, los dolores en los muslos y tronco, la frialdad en los extremos, escalofríos, horripilaciones y fiebre menos graduada. En el segundo ó nervioso, que es el susceptible de mas peligro en los primeros momentos de su invasión, preponderan los síntomas que se llaman de malignidad, tales son el aturdimiento y sopor iniciado en la cabeza, la dificultad espasmódica de resperar en el pecho, con tos seca y pertinaz las náuseas y conatos al vómito, los cursos repentinos y negruzcos ó atrabiliarios, la ansiedad en el estómago, la paralización en el tronco, muslos y articulaciones, los calambres en las piernas y manos, con reacción febril que todo lo alivia, verificándose el aforismo de Hipócrates melius est febrem convulsioni supervenire, quam convulsionem febri.
En el tercero ó vascular sobresale la ruhicundez del semblante, el calor sofocativo, las hemorragias nasales y esputos sanguino» lentos, con fiebre inflamatoria.
Con relación á estos tres sistemas invadidos, estableceremos tres métodos curativos, sin perjuicio de obrar sintomáticamente conforme á la importancia del síntoma mas vigente, y partiendo del principio de que la enfermedad es esencial y radicalmente nerviosa, ó lo que es lo mismo el miasma productor obra primitivamente sobre el sistema nervioso. Ésta marcha es tumultuosa en su invasión, hasta que la naturaleza, el método y las medicinas van regularizándola, y entonces ya se vé con mas distinción sobre cual de los tres sistemas se hace el decúbito.
Duración.
E1 término que recorre el Grippe es por punto general de cinco á doce días, destinados los primeros á la exacerbación y los siete últimos á la remisión graduada de todos los síntomas, siendo indefinida la convalecencia en que permanecen la tos y la flojedad.
Terminación.
Esta enfermedad termina por resolución nerviosa, por sudores abundantes y félidos, orinas copiosas, unas veces claras y otras espesas y que puestas en quietud se corrompen y exhalan mal olor, expectoración mucosa, y en algunos enfermos por cursos de materiales biliosos.
Pronóstico.
El pronóstico es en el día de poca gravedad; pero no puede mirarse con desprecio antes bien deben tomarse todas las precauciones, acudir desde el principio al facultativo para no invertir el método curativo que corresponde á cada uno de los tres grupos que hemos presentado, y porque al fin tiene tendencia a la malignidad. Puede complicarse con las enfermedades crónicas y
habituales, con: los tifos y toda clase de enfermedades malignas y entonces el éxito se hacía mas dudoso.
Método curativo.
Toda la dificultad consiste para asegurar el resultado, en conocer sobre que sistema se puede fijar la enfermedad, á fin de acomodar el plan curativo, según que padezca el sistema muscular, el nervioso, ó el vascular.
Como el agente miasmático obra primitivamente sobre los nervios según hemos establecido, en los primeros momentos es preciso hacer la cura coacta, que consiste en excitar las propiedades vitales; y aunque el ataque sea solo al sistema locomotor ó muscular que como hemos dicho es el mas benigno, es necesario que el enfermo se meta en cama bien abrigado, que se le den pedilubios calientes, bebidas teiformes, de malvas, violetas, amapolas, horchatas ó naranjadas,
y esto basta muchas veces para promover una fiebre efémera, y con ella un sudor abundante que termina la enfermedad, sin que hasta este punto sea el Médico de absoluta necesidad.
Pero si el agente morbifico se fijare mas profundamente sobre el sistema nervioso, ya no puede manejarse por si el enfermo, y es preciso continuar y añadir á los medios indicados, los linimentos excitantes y anti-espasmódicos, las pociones restaurantes y anti-histéricas, las fricciones y sinapismos, y un alimento ligeramente reparador, todo con proporción á la congestión nerviosa que se acumula en los centros, y que desaparece por medio de la reacción febril, á que sigue la disposición al sudor. Si la lesión se limita á este sistema, la continuación metódica de los mismos auxilios, termina la enfermedad en el periodo de cuatro o cinco días, quedando la flojedad y la tos mas ó menos seca que se calma con una cantidad de jarabe de althea y meconio, dos píldoras cinoglosas etc.
Mas cuando el sujeto es joven, robusto y de un temperamento sanguíneo, la reacción se apodera del sistema vascular, y entonces el calor general, la rubicundez del semblante, la expulsión sanguinolenta, los dolores del pecho y garganta, imponen la necesidad de hacer evacuaciones sanguíneas; pero con la previsión de que el mal es nervioso en su esencia, y solo se ha de sacar la sangre que baste para disminuir las masas, aumentando de este modo la potencia del corazón á fin de que estando el círculo general mas expedito, se establezca la transpiración, venga la cocción de la materia catarral, y termine por sudor y expectoración abundante. Este periodo es mas prolongado, y es preciso auxiliarle con los cocimientos emolientes, jarabes pectorales, dieta mas tenue, quietud y tranquilidad. Se evitarán en lodo caso las sanguijuelas por su pesadez, y porque el desabrigo se opone á la transpiración que siempre y en todas ocasiones es la evacuación mas critica que puede acabar con este mal. Las pulmonías y pleuresías, las supuraciones pulmonares, las fusiones tuberculosas, las disposiciones á la tisis y las fiebres tifoideas, todas estas terminaciones respetables se pueden verificar y acelerar, mientras el mal permanece en este grupo que liemos llamado vascular.
Estos son los tres registros generales que debe tener en su mano el facultativo, dejando á su inteligencia la combinación de los métodos curativos, según se combinen entre si los síntomas que corresponden á los tres sistemas muscular, nervioso y vascular, y corrigiendo momentáneamente el que mas urgencia presentare. Así es, que si la astricción de vientre fuere tenaz como lo es efectivamente por cierto grado de paralización intestinal, convendrá promover evacuaciones ventrales con la poción laxante, Í mejor con la anti-cólica de la farmacopea hispana. Si hubiere un fuerte espasmo nervioso en el pecho, ó la tos fuere seca, molesta y duradera, el jarabe de althéa y una tercera parte del meconio á cucharadas, aliviará sin falta, y lo mismo decimos de cualquiera otro síntoma que presentare gran intensidad, pues no es posible descender á todas las fases, particularidades y modificaciones que pueden ocurrir en la multitud
de enfermos que ataca la epidemia.
Consejos preservativos.
El poco peligro que trae consigo el Grippe, según se presenta en el dia, debe tranquilizar los espíritus, y no hay que pensar en él sino para ejecutar las precauciones que racionalmente pueden librarnos de su influjo. Cuanto menos miedo, hay menos riesgo; y como la tranquilidad del ánimo es gran preservativo, se necesita evitar lodo lo que pueda ocasionar emociones violentas, tales como la cólera, el terror y los placeres demasiado vivos. ¿Conviene retirarse de la atmósfera en que reina la epidemia ? Ya estamos naturalmente en la cuestión de si el Grippe es ó no contagioso.
Hasta estos últimos tiempos la opinión general de los Médicos ha sido que el catarro epidémico, el cólera, la fiebre amarilla, el tifo y la peste, no eran mas que grados de un mismo principio contagioso que se propagaba por la comunicación inmediata de un individuo enfermo con otro sano, ó con los objetos y muebles de que bacía uso; de aquí los consejos dados á los gobiernos para las grandes medidas sanitarias. No obstante es de la mayor importancia diferenciar las enfermedades contagiosas, de las que son puramente epidémicas. Hofman que describió muchas fiebres catarrales de las que se padecieron en su país por los años de728, 29 y 30, no se detiene en asegurar que el Catarro es frecuentemente contagioso. Cullen es de la misma opinión, y distingue oportunamente el Catarro común ó esporádico procedente del frió, del Catarro que es efecto de un contagio particular, el cual empieza con una horripilación mas fuerte que la del primero, y cuyos síntomas febriles se manifiestan mas pronto y llegan á un grado mas considerable como sucede en el Grippe. En el día se sabe que solo la peste se comunica por el simple contacto, y para ello se necesitan ciertas predisposiciones, por lo cual se dice que ni aun la peste es esencialmente contagiosa. Pero en cuanto al Grippe, la fiebre amarilla, el tifo y el cólera, nadie duda que son enfermedades epidémicas, exentas de todo contagio, y que las revoluciones y alteraciones atmosféricas, cambiando el modo de ser de los cuerpos, disponen á las afecciones epidémicas, tales como el catarro que nos ocupa, las viruelas, el sarampión y la escarlatina.
Es cierto que el Grippe como todas las enfermedades epidémicas ataca sobre todo á los que son miembros de una misma familia, y á los habitantes de un mismo pueblo; pero esto consiste en que todos se hallan expuestos y bajo las mismas influencias atmosféricas. Los principios morbíficos del Grippe están sin duda como suspendidos en el aire que los transmite sin interrupción, y los vientos facilitan su propagación; pero son precisas ciertas predisposiciones
individuales, porque vemos que son ataca, das personas que se cuidan y viven con arreglo,
mientras los Médicos y muchos asistentes que están pulsando y tocando el sudor de los enfermos, no son acometidos sino muy accidentalmente, de donde se colige con evidencia que el Grippe no es contagioso, y sí solo epidémico.
Para esta menos expuestos á su influjo, se necesita evitar las causas de los Catarros comunes ó esporádicos, lo cual se consigue abrigándose mejor que si estuviéramos en Diciembre, levantándose tarde y sin interrumpir el sudor si le hubiere por la mañana, no permanecer en las calles y plazas sin necesidad, no pasar repentinamente del calor al frió, no trasnochar ni caminar de noche durante el Grippe , no entregarse á ocupaciones mentales que necesiten mucha
meditación, para no enervar la firmeza del sensorio y masa cerebral, no abusar del vino y licores por no incendiar y aturdiría cabeza, ser parcos en los placeres del amor, por no debilitar los nervios y fatigar los músculos del tronco y extremidades, ser muy sobrios en toda clase de alimentos, evitar y transigir las etiquetas y disensiones domésticas, tener un humor alegre, y buscarla sociedad distraída y agradable. No tenemos duda que la adopción de nuestro método y consejo, aprovechará infinito á todas las clases, al paso que su desprecio perjudicará indiferentemente á todas las edades.
Cáceres 10 de Abril de 1837.

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