el cazurro ilustrado

20 junio 2007

El precio de la sombra de los burros.


Iba un caminante sufriendo los calores del mes de agosto y se encontró con un arriero que llevaba unos cuantos burros sin carga. El viajero a pie alquiló uno de los animales por el precio de dos reales al día. Cuando el sol calentaba con toda su fuerza, se apeaba y se tumbaba a la sombra del burro para paliar el insoportable bochorno. A los seis días del viaje, debieron separarse, entonces el que había contratado los servicios del jumento de dio al dueño los doce reales ajustados. El amo del burro le reclamó otros doce reales más. El caminante le replicó que seis días de alquiler a dos reales diarios hacían la suma de doce reales. A lo que contestó el alquilador que faltaban otros doce por la sombra del burro, porque en el primer ajuste sólo entraba el burro y no su sombra.
Siguiendo la lógica de este mercader pagamos hoy, no ya sólo por las sombras de lo que compramos sino por los mil usos posibles, por el desgaste, por los valores añadidos, por las plusvalías y hasta por los futuros beneficios que podamos obtener. Y es que seguimos al pie de la letra el Antiguo testamento cuando dice : «a un extraño puedes prestarle con usura.....»