el cazurro ilustrado

08 junio 2007

Atraco a las tres.

El número 15 de la avenida Gran vía de San Marcos (donde yo trabajo) queda justo en frente del número cuatro (donde ayer hubo un atraco con rehenes).
Llegué a las 2h 20´ y comencé a escribir el post (subido a la red a las 2h 47´). La tarde se presentaba tranquila hasta que comenzó a sonar el teléfono; mis compañeros de trabajo y los clientes que tenían cita llamaban para comunicarme que todas las calles que dan acceso a nuestro centro estaban bloqueadas por la policía. Salí a la terraza y vi un espectáculo similar al rodaje de una película de acción. Policías de paisano con chalecos reflectantes, agentes con escopetas de repetición, coches de patrulla apostados ente la entrada del banco con las puertas abiertas y, a lo lejos, tras las cintas policiales que impedían el paso, cientos de curiosos mirando con la esperanza de ser testigos de alguna acción extraordinaria que les sacara de la modorra de la calurosa tarde de junio. Cogí la cámara y me sumé a los fisgones. Fui grabando cada una de las novedades escénicas que se iban sucediendo. A las 19 horas llegaron los miembros del cuerpo de los GEOS; acularon una furgoneta en un portal cercano; entraron vestidos de calle y salieron vestidos de negro, con cascos y metralletas. Se apostaron en las farolas y en los coches, acercándose lentamente al banco. A la señal de uno de ellos, todos se precipitaron hacia el banco. Diez minutos de espera que parecieron horas. Ni un ruido, ningún disparo. Sale un geo. Cuenta lo que se han encontrado e inmediatamente policías y autoridades se dirigen al banco, señal evidente de que el peligro había pasado. Llevan botellas de agua, indicio de la sed de los rehenes. Ni rastro de los atracadores. A las 20 horas y 30´ dejan acercarse a los medios de comunicación. Hasta seis cámaras ruedan el final feliz. Los atracadores habían encerrado a los empleados en la cámara acorazada y se habían fugado antes de que los conductores de los furgones encargados de la recaudación diaria, al encontrar el banco cerrado, dieran el aviso a la policía, creyendo que atracados y atracadores se encontraban dentro.
Y es que hay veces que teniendo dentro de casa al ladrón, salimos fuera a hacer las pesquisas y otras, como ayer, estando ya fuera y huidos los buscamos en casa.