el cazurro ilustrado

18 enero 2007

El robo como norma.


Los Lacedemonios permitían el robo entre ellos, no porque pensasen que robar fuera cosa buena, sino porque así intentaban conseguir que los ciudadanos fuesen sagaces y prudentes, pero si cogían a alguien robando, lo castigaban públicamente como ladrón. Intentaban con esta permisividad que el que tuviera bienes, fuera diligente guardándolos y que el que robase fuese hábil haciéndolo. Si el propietario o el ladrón faltaban a sus supuestas habilidades –guardar y hurtar los bienes- mandaban sus leyes que perdiese uno lo que tenía y pagase el otro lo que robaba. Siguiendo a medias su ejemplo, también se permite el robo en nuestra sociedad, siempre y cuando éste se lleve a cabo desde la recalificación de terrenos, o desde la estafa filatélica o inmobiliaria, o desde el cohecho al funcionario público, o desde la expropiación interesada; la diferencia con ellos es que no se permiten para agudizar el ingenio de los ciudadanos, sino para mayor hacienda de los corruptos y más cabreo de los honrados.