Vida (humana) de perros.

Parece que “la vida y el humor de perros”, con la alimentación y otros cuidados, hasta hace poco tiempo sólo aplicados a los humanos – cirugía estética, peluquería, servicios funerarios específicos..-, se ha cambiado por “vida y humor de humanos”. Ajenos ya a las pulgas, a la rabia, a la flaqueza, a los hortelanos, al darles pan para llamarles perros y ajenos también a morir como perros, se ha convertido su vida en una parodia de la nuestra.
Craso estaba enamorado de una morena a la que había domesticado, cuando el pez murió, lloró amargamente su muerte, entonces Domicio le increpó por aquel acto y Craso contestó recriminandole que él había enterrado a tres mujeres y no había derramado ni una sola lágrima sobre ninguna de ellas. Cuidamos y atendemos mejor a los animales que a nuestros congéneres y lloramos y sentimos más la muerte de un animal que la de un vecino. Los perros alcanzan la calidad de vida de los humanos y los humanos ya no tenemos ni “can” que nos ladre.