el cazurro ilustrado

19 enero 2007

Divina locura y sus remedios.


Antes de que el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (el DSM- IV-R, es la última versión) pusiera orden y clasificación a los trastornos “mentales” apelando a alucinaciones, ideas delirantes, trastornos del pensamiento, lenguaje y comportamiento desorganizado, sólo se conocía una enfermedad de este tipo: la locura, de la que se sabía tanto o tan poco como ahora. Lo que no se ignora(ba) es que tardan en sanar los que la padecen. Un médico macedonio la padeció hasta el extremo de escribir al rey una carta que firmaba el Dios Júpiter, encarnado en él.
Diseñó el rey una ingeniosa cura. Celebró una gran cena con muchos invitados y puso al médico-dios en una mesa apartada. Mientras los demás invitados disfrutaban de sabrosos manjares, al loco le echaban perfumes e incienso. Los otros comían delicias con la boca y él tomaba humo por la nariz. Al principio disfrutaba de su divinidad, pero el hambre fue haciendo mella en su estómago y entonces se quejó al rey de que no le servían comida. Aprovechó el rey la ocasión para decirle que si dejaba de ser dios y se reconocía como hombre y como enfermo de locura, podría comer. Dice Eliano que así lo hizo y quedó sano, sin necesidad de tomar ningún fármaco antipsicótico atípico.