Combatir el estrés. "Modelo vacuno".

El aumento del ritmo respiratorio, de las pulsaciones y de la temperatura corporal; la salivación excesiva; la acidosis en el estómago y/o panza; el jadeo; la sudoración excesiva; la menor motilidad intestinal y la disminución de la productividad son algunas de las manifestaciones que pueden observarse cuando las personas o las vacas están estresadas.
Las vacas de la montaña, con ayuda de los elementos disponibles del entorno, han desarrollado una serie de estrategias muy útiles para librarse de estas molestas sensaciones y que, probablemente, también los humanos podamos usar para combatir el estrés.

Así pues, ralentizar la vida, beber agua fresca en abundancia, echar la siesta al amparo de las sombras o cara al viento, ingerir menos alimentos pero más frescos, disminuir el ritmo productivo sin preocuparse de las opiniones de los “jefes” y subir a la collada son repertorios eficaces que las vacas utilizan para disminuir las manifestaciones fisiológicas causadas por diversas estimulaciones estresantes. Seguid su ejemplo y, probablemente, vuestro estrés disminuya y/o desparezca.