el cazurro ilustrado

18 agosto 2006

"3 Pes": pocos, pobres y puñeteros.

Decía Napoleón que un cura le ahorraba cien gendarmes. Aunque fuese solamente la mitad y siguiendo su política de personal, podría decirse que abrir un seminario supondría cerrar unos cuantos cuarteles, con el consiguiente beneficio para las arcas del Estado. Nadie como él explicó la funcionalidad de los concordatos Iglesia-Estado, presentados muchas veces como la aprobación y conformidad divina de los gobernantes que los firmaban. Sin embargo, aquí en España, no parece que tal ahorro fuera en esa línea ya que la presencia de un cura supuso, casi siempre, la copresencia de un guardia civil.
Se diría entonces que un “cura me cuesta un gendarme (o viceversa)” o que la construcción de una casa rectoral implicaba la instalación de un cuartel. Tanto en una como en otro habitaban los representantes de la divinidad en los pueblos. Si la apertura iba emparejada (más o menos), los cierres son paralelos. A medida que desaparecen cuarteles, las rectorales se quedan vacías. Posiblemente, tal y como decía uno de los primeros curas con moto “Vespa” que se instaló por aquí, el declive está propiciado porque somos las tres “Pes”, a saber “ pocos, pobres y puñeteros”. Para devolverle el chascarrillo, decían los feligreses: “¿ves pa que piden?, ¿ ves pa que damos?. Vespa que tienen".