Lecciones de la naturaleza.
Si las mañanitas de abril son dulces de dormir, las horas de la siesta son buenas para pasear. En cualquier camino encontrarás a la naturaleza aún semidesnuda ya comenzando a vestirse con el verde de las hojas. Asoman entre los escasos vestidos las partes intimas que más adelante se cubrirán y ya no podrán verse. Los lagartos toman el sol entre cópula y cópula. Los mirlos guaran huevos de los que en mayo saldrán otros mirlos. Las cigüeñas se nutren de los animales que la reja del arado deja al descubierto y la mayor parte de los humanos ni siquiera sospecha la lección de vida y esperanza que a esas horas imparte la naturaleza.