el cazurro ilustrado

17 marzo 2006

Históricos rituales de boda.


Los cimbros, cuando querían casarse, concertaban el matrimonio y el futuro esposo se cortaba las uñas y se las mandaba a la futura esposa; ésta hacía lo mismo con sus uñas y, una vez recibidas, se daban por casados y comenzaban a convivir. La ceremonia de los Teutones consistía en atusarse y rayarse la cabeza mutuamente hombre y mujer, cuando lo hacían, se celebraba la boda. Los Armenios tenían por costumbre que el esposo rompiese la oreja derecha a la esposa y la esposa rompiese la oreja izquierda al esposo; hecho esto, se declaraban marido y mujer. Los Elamitas acostumbraban a que el esposo punzara el dedo corazón de la esposa y chupara la sangre que de allí salía; ella hacía lo mismo y cuando se habían chupado la sangre de los dedos, iniciaban la convivencia. La ceremonia de los Numidanos era que el esposo y la esposa escupían en la tierra, con el escupitajo de ambos se hacía un poco de lodo y mutuamente se untaban la frente; esa era la señal de casamiento. Los Dacos, cuando querían casarse, juntaban cara con cara y estando así juntos se ponían nuevos nombres, él a ella y ella a él y si aceptaban los nuevos nombres, se daban por casados. Los Pannonios, cuando iban a casarse, el esposo enviaba a la esposa un dios familiar hecho de plata, lo mismo hacía la esposa, una vez recibidos, ya estaban casados. Los de Tracia tenían una costumbre rara para casarse: la esposa cogía un hierro ardiendo y le tatuaba en la frente un carácter; el esposo le hacía a la esposa otro y, una vez señalados, estaban casados. Los Siciomios, para casarse, el esposo enviaba un zapato a la esposa y la esposa enviaba otro zapato al esposo; esta la era señal de que consentían en el casamiento. Los Tarentinos cuando querían casarse, se sentaban a comer; y el esposo comía de la mano de la esposa, y la esposa comía de la mano del esposo; y si por descuido alguno de ellos comía alguna cosa con su propia mano, no era firme ni valedero el casamiento. Los Escitas en el tiempo de casarse juntaban los pies, luego las rodillas, los codos, las cabezas, después se abrazaban y quedaban casados.