el cazurro ilustrado

09 febrero 2006

Criterios de atracción.


De los modelos animales aprendieron que no hay león tan feroz, ni serpiente tan venenosa, ni víbora tan fiera, ni vaca tan brava, ni animal tan esquivo, que por lo menos no se junten macho y hembra una vez al año para perpetuar la especie.
Hemos visto que la selección sexual favoreció un comportamiento indiscriminado de cópula en los machos, pero un comportamiento selectivo en las hembras. Los hombres tendían a ser más promiscuos y más dispuestos a mantener relaciones ocasionales que las mujeres, y éstas eran mucho más exigentes (selectivas) respecto a sus parejas. Las mujeres más atractivas eran aquellas que exhibían caracteres que indicaban un alto valor reproductivo. Los hombres apreciaban aquellas características físicas que se correlacionan con la juventud como los labios gruesos y la piel tersa, y con la fertilidad, como una cintura estrecha y unas caderas amplias.
Las mujeres preferían hombres con rasgos faciales suaves y algo feminizados, pero elegían como pareja a hombres con rasgos faciales y corporales más masculinizados (indicadores de niveles elevados de testosterona). Lo que valoraban, independientemente del sexo o la edad, a la hora de juzgar el atractivo de una persona era la simetría. Se considera que el grado de simetría es un indicador de “calidad genética”. Al elegir una pareja simétrica estaban eligiendo “buenos genes” para sus hijos. En todas las culturas, los hombres y las mujeres más simétricos son considerados los más atractivos.
Y tuvieron presente a Séneca, cuando decía “ gran cordura han de tener los hombres, para en el vicio de la carne saberse contener y poderse valer: porque te hago saber mi Lucilo, que el apetito que tenemos de comer cada día, aquel mismo tenemos de adulterar cada hora.”