Boda de Mª Luisa y otros rituales.
Los cimbros, cuando querían casarse, concertaban el
matrimonio y el futuro esposo se cortaba las uñas y se las mandaba a la futura
esposa; ésta hacía lo mismo con sus uñas y, una vez recibidas, se daban por
casados y comenzaban a convivir. La ceremonia de los Teutones consistía
en atusarse y rayarse la cabeza mutuamente hombre y mujer, cuando lo hacían, se
celebraba la boda. Los Armenios tenían por costumbre que el esposo
rompiese la oreja derecha a la esposa y la esposa rompiese la oreja izquierda
al esposo; hecho esto, se declaraban marido y mujer. Los Elamitas acostumbraban
a que el esposo punzara el dedo corazón de la esposa y chupara la sangre que de
allí salía; ella hacía lo mismo y cuando se habían chupado la sangre de los
dedos, iniciaban la convivencia. La ceremonia de los Numidanos era
que el esposo y la esposa escupían en la tierra, con el escupitajo de ambos se
hacía un poco de lodo y mutuamente se untaban la frente; esa era la señal de
casamiento. Los Dacos, cuando querían casarse, juntaban cara con cara y
estando así juntos se ponían nuevos nombres, él a ella y ella a él y si
aceptaban los nuevos nombres, se daban por casados.Los Pannonios, cuando iban a
casarse, el esposo enviaba a la esposa un dios familiar hecho de plata, lo
mismo hacía la esposa, una vez recibidos, ya estaban casados. Los de
Tracia tenían una costumbre rara para casarse: la esposa cogía un hierro
ardiendo y le tatuaba en la frente un carácter; el esposo le hacía a la esposa
otro y, una vez señalados, estaban casados. Los Siciomios, para
casarse, el esposo enviaba un zapato a la esposa y la esposa enviaba otro
zapato al esposo; esta la era señal de que consentían en el casamiento. Los
Tarentinos cuando querían casarse, se sentaban a comer; y el esposo comía
de la mano de la esposa, y la esposa comía de la mano del esposo; y si por
descuido alguno de ellos comía alguna cosa con su propia mano, no era firme ni
valedero el casamiento. Los Escitas en el tiempo de casarse juntaban los
pies, luego las rodillas, los codos, las cabezas, después se abrazaban y
quedaban casados.
En Valdepiélago, este fin de semana, celebramos la boda de
mi hija sin recurrir a ninguno de estos
rituales y quizás poniendo en marcha uno nuevo. Os dejo un vídeo para muestra.