el cazurro ilustrado

18 julio 2014

No hay "tutía".

 Leo  en  “Historia natural del hombre” escrita en francés por  el Conde  de Buffon,  traducida al  castellano por  Alonso Ruiz de Piña y publicado en Madrid  en el año 1773:
“Las mujeres turcas se aplican la Atutía, quemada y preparada en los ojos ,a fin de volvérselos más negros, sirviéndose para este efecto de un punzoncito de oro o de plata que mojan  con la saliva  para que prenda este polvillo negro y pase suavemente entre los parpados y la pupila; bañanse con frecuencia, se perfuman todos los días y no olvidan cosa alguna  que pueda  contribuir  al aumento o conservación  de su belleza;  algunos dicen que las  mujeres persas  exceden a las turcas  en esta  prolijidad y limpieza; hasta los hombres  tiene su gusto diferente en  materia de hermosura; los persas las quieren trigueñas y los turcos rubias” .

Resulta que  el dicho “ no  hay tu tía” que lo empleamos  muchas  veces  para   para dar a entender a alguien que no debe tener esperanza de conseguir lo que desea o de evitar lo que teme, no se refiere a la  ausencia de la hermana del padre o de la madre  sino a  este  ungüento  elaborado a partir de la capa que, producto de la fundición y purificación de óxido de cinc mezclado con otras sales metálicas, quedaba adherida a las paredes de los hornos. La medicina árabe lo usó como  terapia ocular  y más tarde  como panacea para todas las enfermedades.  Por eso si no hay atutía  no hay remedio, lo que la gente acabó convirtiendo en no hay tu tía.