Tiempo de cerezas (y guindas).
Cuenta Plinio
(Historia natural), que el general
romano Lúculo llevó las cerezas desde el
Ponto a Italia, después de haber vencido al rey Mitridates VI. Ya en manos de
los romanos se propagaron por toda Europa con más eficacia que ellos mismos,
tal vez ayudadas por los pájaros que llevaron sus pepitas a lugares
inaccesibles a los humanos. En la montaña proliferan guindos y cerezos, que comienzan
a madurar en este tiempo. La cosecha este año es abundante. Lo curioso es que
algo intuían los montañeses sobre las propiedades de estos frutos puesto que,
una vez maduros, los consumían rápidamente, aunque ignoraban las investigaciones del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, que
demuestran que las guindas y las cerezas
bajan los niveles generales de
colesterol, de azúcar en la sangre, reducen el almacenamiento de grasa en el
hígado, disminuyen el estrés por oxidación y aumentan la producción de una
molécula que ayuda al organismo a administrar las grasas y el azúcar. ¿Serán las
cerezas y las guindas unas de las claves de la general longevidad de los
montañeses?