el cazurro ilustrado

03 mayo 2009

Enseñanzas de la gripe.


La fiebre del oro o del dinero trajo consigo una epidemia de bancarrotas, paro e importantes caídas en el PIB. A pesar de que fue una auténtica pandemia, nadie buscó el virus que la causó. Estando como estábamos tratando de encontrar cómo reducir sus efectos, se nos olvidó que de poco o nada sirve el oro cuando la salud está amenazada y vino entonces la gripe porcina a recordarnos que nada le falta al que salud no le falta y que nada tiene el que salud no tiene.
Hay en España casi cuatro millones de parados, efecto de la irracional fiebre del rápido beneficio y, hasta este momento, el ministerio de sanidad confirma veinte casos de gripe H1N1 y 99 sospechas, como consecuencia de un virus con posibles mutaciones imprevisibles. Sin embargo, es más probable que la gente esté más preocupada por la gripe que por el paro. Sirva como muestra este dato: si buscamos en google “desempleo” encuentra 6.790.000 entradas; si buscamos “gripe” aparecen 14.800.000 referencias. Y es que cuando lo que está comprometido es lo que de verdad importa no escatimamos ningún esfuerzo.
Así pues, vino la gripe porcina a sacarnos de una gran preocupación para meternos en otra mayor. Recuerdo en este momento la respuesta que le dio un enfermo de cáncer de estómago a un pobre que pedía limosna y que se consideraba desgraciado por padecer mucha hambre: “¿Te crees desgraciado -le dijo- y tienes hambre?”.