el cazurro ilustrado

22 noviembre 2007

¿Eliminar lo superfluo?

La historia personal de cada uno y el contexto social en el que vive determinan, una vez cubiertas las necesidades básicas, lo que es necesario y lo que es superfluo; lo imprescindible y lo inútil. De tal manera, que lo que hoy tiene gran relevancia, mañana puede obviarse.
Ayer mismo tuve la superflua necesidad de escuchar, en una cafetería que anteriormente había sido bar y mucho antes litúrgica taberna, la animada conversación que mantenían dos hombres de medio pelo, sobre las chicas que veían retratadas en el último número de la revista “Interviú”. Allí estaban luciendo sus encantos Valeria Marini, apodada “Bambola” y Valeria Petkova, “Chica interviú 2007”. Ambos estaban de acuerdo en que el tamaño de aquellos pechos les acarrearía problemas de espalda dentro de unos años. Uno de ellos, en apariencia más experto, añadió que en aquellos pechos había mucho de superfluo y, al ver la cara escéptica de su camarada, matizó: “en las tetas lo superfluo es todo lo que no cabe en la boca”.
Así pues, entre lo superfluo y lo necesario, a veces conviene optar por lo primero ya que lo segundo todo el mundo puede tenerlo.

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