Condicionamiento y comprensión.
Ayer en la Collada de Ubierzo paseé entre ellas y salvo la desconfianza inicial ante la novedad, las vacas me miraron condescendientes y algunas hasta se acercaron confiadas. Recordé entonces a mi abuelo Artemio y a su vaca llamada“ Sevillana”. Mi abuelo se quitaba el sombrero y le decía: “ Sevillana, lámeme la cabeza” y la vaca, obediente y servicial, pasaba su lengua una y otra vez por el cuero cabelludo con tanta precisión que no dejaba saliva ni en las sienes y ni en la nuca del abuelo. La misma instrucción les di a cuántas me rodearon pero ninguna la siguió. No se si por falta de comprensión lingüística o por lo inapropiado de la propuesta.