el cazurro ilustrado

09 noviembre 2007

Movilidad universitaria y prudencia.


Llevan tiempo las autoridades educativas propiciando la movilidad de los estudiantes hacia otras universidades españolas y europeas. La LOU tiene como uno de los objetivos esenciales impulsar la movilidad, tanto de estudiantes como de profesores e investigadores, dentro del sistema español, pero también del europeo e internacional, alegando que la movilidad supone una mayor riqueza y la apertura a una formación de mejor calidad y anima a todos los actores implicados en la actividad universitaria para que contribuyan a facilitar la mayor movilidad posible y que ésta beneficie al mayor número de ciudadanos.
Curiosamente, ya en el año 1575, Juan Huarte de San Juan, en su recomendable tratado “Examen de ingenio para las ciencias”, reclamaba con el mismo ahínco la movilidad estudiantil: “ Sabida ya la edad en que se han de aprender las ciencias, conviene luego buscar un lugar aparejado para ellas, donde no se trate otra cosa sino letras, como son las Universidades. Pero ha de salir el muchacho de casa de su padre, porque el regalo de la madre, de los hermanos, parientes y amigos que no son de su profesión es grande estorbo para aprender. Esto se ve claramente en los estudiantes naturales de las villas y lugares donde hay Universidades; ninguno de los cuales, si no es por gran maravilla, jamás sale letrado. Y puédese remediar fácilmente trocando las Universidades: los naturales de la ciudad de Salamanca estudiar en la villa de Alcalá de Henares, y los de Alcalá en Salamanca.”
Pero fue más allá Juan Huarte y quizás allí aún no han llegado nuestras autoridades educativas. Matizó la movilidad, defendiéndola sólo en el supuesto de que el estudiante ( o profesor ) tuviera ingenio y habilidad, porque si no: “quien bestia va a Roma, bestia torna: poco aprovecha que el rudo vaya a estudiar a Salamanca, donde no hay cátedra de entendimiento ni de prudencia, ni hombre que la enseñe”.