Imitación y poder.
Cuenta Plutarco que los amigos y consejeros de Alejandro inclinaban la cabeza sobre el hombro izquierdo, porque su rey así lo hacía. Diodoro Sículo dice que los Cortesanos del Rey de Etiopía se desfiguraban y mutilaban para imitar las deformidades de sus Soberanos hasta hacerse tuertos, cojos o mancos, si su Rey era tuerto, manco, o cojo. Lo hacían para ganarse los favores y el reconocimiento de quien tenía el poder. Es de esperar que los simpatizantes y seguidores de J.M. Aznar no sigan el ejemplo de los súbditos de Alejandro ni de los gobernados por los reyes etíopes, porque, de hacerlo, hablarán catalán en la intimidad, conducirán al margen de los consejos de la Dirección general de tráfico, beberán vino sin hacer caso de las recomendaciones del ministerio de sanidad y vivirán en un ficticio ambiente previo a una guerra civil.