el cazurro ilustrado

29 mayo 2007

Vacas y diosas.




Algo especial tendrán las vacas cuando los hindúes las tienen por diosas y no sólo por los motivos mercantilistas que expuso Marvin Harris. Los egipcios permitían el sacrifico de bueyes y terneros pero prohibían el de vacas y terneras, por estar dedicadas a la diosa Isis, representada por una mujer con cuernos de vaca, tal como los griegos pintaban a Io, amante de Zeus, demostrándose que la vaca era preferida con notable diferencia sobre los demás animales por todos los pueblos antiguos.
El rey Micerino, una vez muerta su hija , para rendirle extraordinarios homenajes, en vez de enterrarla en una urna, mandó hacer una vaca de madera hueca y en ella dio sepultura a su hija.
En el antiguo testamento, Dios manda sacrificar una vaca bermeja y una becerra propiciatoria; dos vacas paridas llevaban el arca sagrada.
El lugar en que se alzaba el Foro romano, donde se habían dictado leyes al mundo, se llamaba «El campo de las Vacas.»
El rey romano Numa mandó que el luto de la mujer viuda durara diez meses; la que se casaba antes, debía sacrificar a los dioses una vaca preñada.
Dos mil vacas usó Aníbal para vencer en una batalla a los romanos, poniéndoles por la noche hachones encendidos en los cuernos para hacerles creer que un ingente ejército les rodeaba.
Un grupo de científicos neozelandeses acaba de descubrir a «Marge», una vaca con un defecto genético que produce leche con omega tres y menos grasa de lo habitual.

Y es que las vacas, o en los altares o en los campos de batalla, estabuladas u ordeñadas a mano o a máquina, uncidas o en rebaño, no han hecho otra cosa que ayudar al progreso de los pueblos. Mi más afectuoso homenaje a “Marge” y a tantas otras que con o sin defectos genéticos han contribuido a sostener al mundo.