Broma macabra.
Según el evangelio de San Mateo, Herodes ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, para así acabar con la vida de Jesús. Cierto o no, es posible que los índices de mortalidad infantil en aquella época fueran, sin necesidad de reales decretos, de más del 50 %. A partir del siglo IV, se estableció esta fiesta para venerar a los niños mártires y más tarde surgió la tradición de gastar bromas en este día o de pedir algo prestado y quien lo conseguía no tenía la obligación de devolverlo.
Como si de una broma macabra se tratara, los datos de la ONU son demoledores: cada año mueren cerca de 10,5 millones de niños menores de cinco años y la mayoría de estas muertes se podría evitar. Cerca de 29.000 menores de cinco años mueren a diario, cada tres segundos muere un niño que, santo o no, inocente seguro que es. Si Herodes los mandó matar, nosotros los dejamos morir de hambre, así que nos comportamos con más crueldad que Herodes y nos lavamos las manos con más higiene que Pilatos.
Como si de una broma macabra se tratara, los datos de la ONU son demoledores: cada año mueren cerca de 10,5 millones de niños menores de cinco años y la mayoría de estas muertes se podría evitar. Cerca de 29.000 menores de cinco años mueren a diario, cada tres segundos muere un niño que, santo o no, inocente seguro que es. Si Herodes los mandó matar, nosotros los dejamos morir de hambre, así que nos comportamos con más crueldad que Herodes y nos lavamos las manos con más higiene que Pilatos.