el cazurro ilustrado

15 diciembre 2006

Cuestión de prepucios.


Si hacemos caso a Herodoto, fueron los egipcios los primeros en institucionalizar la circuncisión. Esta práctica sería copiada de ellos por fenicios, palestinos, sirios y judíos. Según los textos bíblicos, Jesús fue circuncidado al octavo día de su nacimiento; después de su muerte, según parece, ascendió al cielo. Surge entonces una polémica: ¿Subió sin prepucio o lo llevó con él? Los que dicen que quedó en la tierra se apoyan en las reliquias que muchas iglesias dicen tener de tal prepucio, por lo que habría tenido no uno sino al menos diez ( uno en la abadía de Charroux, otro en la abadía de Coulombs, y otros en la Basílicad e San Juan de Roma, en la catedral de Le Puy-en-Velay, en la de Santiago de Compostela, en la ciudad de Amberes, y en las iglesias de Besançon, Metz, Hildesheim y Calcata). Los que mantienen que el prepucio subió al cielo con Jesús se basan en la teoría del teólogo católico Leo Allatius (S. XVII) que en su obra "Discusión acerca del Prepucio de Nuestro Señor Jesucristo" mantenía que el Santo Prepucio había ascendido al Cielo al mismo tiempo que Jesús y se habría convertido en los anillos de Saturno, que se habían observado recientemente.
No resuelto aún este dilema, surge ahora otro similar: ¿ Puede ser la circuncisión un método profiláctico contra el SIDA?. Dos estudios en miles de hombres en Kenia y Uganda, divulgados esta semana por el Instituto Nacional de Salud (NIH), encontraron que los circuncisos tienen un 50 ciento menos de probabilidades de contraer el virus del SIDA. Alegan que la supresión del prepucio elimina las células más vulnerables al virus del sida y desarrolla una piel más resistente a las infecciones venéreas y al cáncer de pene.
Quienes ponen en duda estos estudios razonan que en Europa, donde la mayoría de los hombres no están circuncidados, hay una menor tasa de cáncer de pene, infecciones urinarias e infecciones por VIH que en los EEUU, donde la mayoría de los hombres sí lo están. En estos temas siempre habrá argumentos “científicos”, para la defensa de una postura y su contraria, como si de una verdadera aporía se tratara.