Violencia ¿gratuita?.
Vivo en una sociedad que presume de ser muy sensible con el bienestar de los animales. Así, si desde hace más de mil años se realizaba por estas fechas la matanza del cerdo, de ovejas y castrones, ahora deben adormecerlos antes para evitar un sufrimiento innecesario; deben también hacerlo en un recóndito lugar para que nadie lo vea, ya que, de lo contrario se fomenta la violencia. Sin embargo, podemos ver corridas de toros sin más finalidad que la de disfrutar del espectáculo de ver cómo un torero mata a un toro después de someterle a distintas torturas y violencias. En primavera, como os contaba en el post de ayer, miles de pescadores de dirigen a las orillas de los ríos a dar muerte a las truchas, sin más objetivo que pasar el rato, y lo mismo sucede con los cazadores y sus cotos de caza. Cualquier ciudadano puede tener un perro u otro animal encerrado en casa, sin ningún tipo de control. Un niño puede ver peleas, malos tratos y asesinatos, en su aparato de TV y nadie pone freno a estas prácticas. Otros muchos ejemplos podría traer a este post. Parece haber un tácito acuerdo en que vivan las corridas de toros (que son muy ilustradas), la pesca de truchas (que es muy divertida), la caza mayor y menor (que es muy ecológica), la tenencia de mascotas (que son muy terapeúticas), la emisión de series violentas (que son muy preventivas) y que mueran las matanzas de los cerdos (que son muy violentas y poco nutritivas).