"El oro de América".
La patata procede de la región de los Andes, en Perú. La trajeron a Europa los colonos españoles y adquirió una gran importancia económica a finales de siglo XVIII y principios del Siglo XIX . Se convirtió en el alimento esencial de las clases desfavorecidas, acosadas por las hambrunas, ya que su precio fue inferior al precio de los cereales gracias a su gran capacidad de adaptación a los más diversos climas, aunque no consigue sobrevivir a temperaturas inferiores a -3ºC.
William Borolo naturalista que vivió en España, escribió en su "Historia natural de España" (1775) : “La patata es alimento natural, acompañadas de carne se comen diariamente”.
En 1817, una real orden obliga a las autoridades civiles y a los párrocos a que propaguen las excelencias de la patata; los curas desde el púlpito lo hacían en las misas dominicales.
Desde entonces todas las familias de la montaña siembran en primavera y recogen en otoño este tubérculo, para ser consumido, frito, cocido o asado, a lo largo de todo el año, como base fundamental de su alimentación.
Toda Europa, no solo España, se benefició del descubrimiento de América y de la patata. Miles de campesinos y soldados se libraron de la muerte gracias a ella. Fue el auténtico oro que aportó el descubrimiento de Colón y ha salvado más vidas que la penicilina. Quizás por eso, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el año 2008 “Año Internacional de la Patata”, para que la comunidad internacional reconozca la universal importancia que ha tenido y tiene la patata en la alimentación mundial.