Impuestos incluidos.
Si nuestros predecesores como “paganos” debieron soportar alcabalas, portazgos, montazgos, empréstitos, pechos, martiniegas, prebendas, subsidios, pensiones, cuartas, diezmos, primicias, obladas, aranceles, escribanías y aduanas; nosotros, ya más evolucionados y modernizados, pagamos cuotas, multas, plusvalías, contribuciones, tributos, IRPFS, IBIS, IAES, ICIOS e IVAS. El poder, sea cual sea su modalidad, se alimenta y hasta devora a sus súbditos, ya se llamen siervos, vasallos, hidalgos, pecheros, campesinos, aldeanos, villanos, obreros o ciudadanos.
Damos al César lo que es del César con la vana ilusión de que nos lo devuelva en infraestructuras, escuelas, pensiones o cualquier otro bien terrenal. También damos a Dios lo que es de Dios con la hueca esperanza de que nos lo reintegre cuando formemos parte de alguna de las categorias celestiales conocidas: ángeles, arcángeles, serafines o querubines.
Vistos los resultados de las cargas económicas que soportamos, parece que damos a Dios lo que es del César y al César lo que es de Dios, porque ni el uno, ni el otro, ni los cotizantes están conformes; los dos primeros quieren más y los terceros en discordía ya están hartos de la sangría.
Mirad la tarifas que encontré en la puerta de una iglesia y sacad conclusiones.
Damos al César lo que es del César con la vana ilusión de que nos lo devuelva en infraestructuras, escuelas, pensiones o cualquier otro bien terrenal. También damos a Dios lo que es de Dios con la hueca esperanza de que nos lo reintegre cuando formemos parte de alguna de las categorias celestiales conocidas: ángeles, arcángeles, serafines o querubines.
Vistos los resultados de las cargas económicas que soportamos, parece que damos a Dios lo que es del César y al César lo que es de Dios, porque ni el uno, ni el otro, ni los cotizantes están conformes; los dos primeros quieren más y los terceros en discordía ya están hartos de la sangría.
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