el cazurro ilustrado

20 septiembre 2006

Evolución del esperma.

Si nos hacemos caso de F. Engels, el paso de la barbarie a la civilización trajo consigo la disolución del comunismo primitivo; el abandono del matriarcado, que dejó a la mujer en un segundo plano y la renuncia a la promiscuidad y al matrimonio por grupos (punalua) para llegar a la familia sindiasmática, en la que un hombre vive con una mujer, pero de tal suerte que la poligamia y la infidelidad ocasional siguen siendo un derecho para los hombres; al mismo tiempo, se exige la más estricta fidelidad a las mujeres mientras dure la vida común y su adulterio se castiga cruelmente.
Si es cierto el reciente estudio de Eduardo Roldán, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), las especies animales en las que las hembras se aparean de forma promiscua la calidad del esperma de los machos es de una mayor calidad. “Proceedings of the National Academy of Science” (PNAS).
Si aplicamos las conclusiones de este estudio a la evolución de la familia de Engels, debemos concluir que la monogamia supuso una progresiva pérdida de la calidad del esperma masculino y, curiosamente, la mejora de la calidad espermática vendría facilitada por la poliandria. El hecho de que en unas sociedades la norma haya sido la monogamia y en otras la poliandria nos demuestra que las normas no son universales, pero que cada una de ellas tiene consecuencias diferentes, sobre todo, para el esperma.