El aire, de la montaña.
Diversos estudios, más o menos rigurosos, realizados en distintas universidades (Hebrea de Jerusalen, Berkeley, California...) se han empeñado en demostrar que, cuando en el aire predominan partículas con cargas positivas ( protones), se producen efectos negativos para la salud en los humanos, afectando sobre todo a los sistemas respiratorio, nervioso y hormonal. Respirar aire con predominio de las cargas positivas puede producir dolores de cabeza, depresión, irritabilidad, letargo, insomnio, migraña, malestar general, y enfermedades respiratorias.
Cuando en el aire predominan las cargas negativas (electrones) ocurre todo lo contrario, las partículas de aire cargadas negativamente (con predominio de iones negativos) producen efectos positivos: Despeja la mente, facilita la relajación, mejora en las enfermedades respiratorias, aumenta la capacidad de reacción visual, disminución de lípidos y colesterol, disminuye la agresividad y la ansiedad, regula la tensión arterial, efectos analgésicos, reducción de las alergias, rejuvenecimiento físico y mental, recuperación de la memoria, mejora del aparato digestivo y limpia el aire de bacterias, humo, polen y polvo.
Hay una mayor cantidad de iones positivos en el aire en las horas anteriores a las tormentas y cuando la luna está más próxima a la tierra (luna llena). Además, los vientos procedentes de zonas secas transportan iones positivos. El aire de las montañas contiene muchos iones negativos. Einstein dijo que las propiedades curativas del aire de la montaña de Davos se debían a la electricidad negativa del aire.
Si antes de ayer era el agua y ayer la cal, hoy es el aire cargado negativamente otra de las materias primas abundantes y gratuitas que usamos, sin ningún rubor, en la montaña.
Cuando en el aire predominan las cargas negativas (electrones) ocurre todo lo contrario, las partículas de aire cargadas negativamente (con predominio de iones negativos) producen efectos positivos: Despeja la mente, facilita la relajación, mejora en las enfermedades respiratorias, aumenta la capacidad de reacción visual, disminución de lípidos y colesterol, disminuye la agresividad y la ansiedad, regula la tensión arterial, efectos analgésicos, reducción de las alergias, rejuvenecimiento físico y mental, recuperación de la memoria, mejora del aparato digestivo y limpia el aire de bacterias, humo, polen y polvo.
Hay una mayor cantidad de iones positivos en el aire en las horas anteriores a las tormentas y cuando la luna está más próxima a la tierra (luna llena). Además, los vientos procedentes de zonas secas transportan iones positivos. El aire de las montañas contiene muchos iones negativos. Einstein dijo que las propiedades curativas del aire de la montaña de Davos se debían a la electricidad negativa del aire.
Si antes de ayer era el agua y ayer la cal, hoy es el aire cargado negativamente otra de las materias primas abundantes y gratuitas que usamos, sin ningún rubor, en la montaña.