Carnet, puntos y correcta conducción.
Nos han entregado 12 fichas al suponer las autoridades que somos buenos conductores; podemos ir perdiéndolas por cada infracción que cometamos ( de dos en dos, de tres en tres, de cuatro en cuatro....) en función de la “gravedad” de los comporamientos inadecuados que mostremos al volante. La medida responde a la necesidad de reducir las muertes y los accidentes de tráfico y a una probable eficacia a tal efecto mostrada en paises de nuestro entorno.
Se basa en el supuesto de que el carnet de conducir es un reforzador ( al igual que los puntos que lo representan) de igual manera que el dinero también lo es (salvo para los que tienen muchísimo). Así, las autoridades de Tráfico deciden la retirada de un reforzador (dinero-a través de multas-) y carnet de conducir (– mediante los puntos-) contingente a una infracción de las normas de tráfico. Este “coste de respuesta” funcionará (probablemente) para reducir las conductas inapropiadas de los conductores; sin embargo, si de verdad quisiéramos aumentar el “buen comportamiento” de la conducción, habría que reforzar contingentemente o incluso al azar a aquellos conductores seguros. Si los agentes de tráfico, además de sancionar al mal conductor, “echaran el alto” a los que van bien y les reforzaran, p.e., con el dinero recaudado de las sanciones, seguro que incrementaríamos la probabilidad del correcto comportamiento al volante.
Se basa en el supuesto de que el carnet de conducir es un reforzador ( al igual que los puntos que lo representan) de igual manera que el dinero también lo es (salvo para los que tienen muchísimo). Así, las autoridades de Tráfico deciden la retirada de un reforzador (dinero-a través de multas-) y carnet de conducir (– mediante los puntos-) contingente a una infracción de las normas de tráfico. Este “coste de respuesta” funcionará (probablemente) para reducir las conductas inapropiadas de los conductores; sin embargo, si de verdad quisiéramos aumentar el “buen comportamiento” de la conducción, habría que reforzar contingentemente o incluso al azar a aquellos conductores seguros. Si los agentes de tráfico, además de sancionar al mal conductor, “echaran el alto” a los que van bien y les reforzaran, p.e., con el dinero recaudado de las sanciones, seguro que incrementaríamos la probabilidad del correcto comportamiento al volante.