Contesta si puedes.
Responde si puedes: ¿a dónde vamos?, ¿de dónde venimos?, ¿qué queremos?, ¿qué pensamos?, ¿qué deseamos?, ¿qué procuramos? y ¿hasta donde se extienden nuestras desordenadas codicias?. Parece que no sabemos lo que buscamos; porque no sabemos con qué quedaremos satisfechos. Somos ambiciosos, codiciosos e ignorantes; seguimos a la gente y a las modas y no seguimos a la razón, seguimos nuestro propio parecer y abandonamos los consejos de los sabios. Cuanto más tenemos más queremos. Lo nuestro parece poco y lo de los otros parece mucho. Teniendo más, disfrutamos menos o no tenemos tiempo para hacerlo; pero es más feliz el que quiere menos de lo que tiene, que el que tiene más de lo que merece. Si tuviésemos poca hacienda, menos codicia, menos leyes, pocos amigos y ningún enemigo, quizás la angustia, la ansiedad, el estrés y el desasosiego no existirían.