el cazurro ilustrado

28 febrero 2006

Vivir y morir.



Gran cordura tenían los griegos, que lloraban en los nacimientos y cantaban en las muertes. Gran reflexión sobre la vida hacían los tebanos ya que ninguno podía hacer su casa, sin que primero hiciera la sepultura donde había de ser enterrado. Si observásemos minuciosamente la vida, comprobaríamos que los ahogos, los cansancios, los infortunios, las necesidades, los deseos, las tristezas, las congojas, los olvidos, los dolores, las alegrías, y todo lo que nos acontece, además de llamarlo “ir viviendo” también podríamos denominarlo “ir muriendo”. Porque desde la hora que vemos nacer a uno, podemos pensar que comienza a morirse, y si llega a cien años, no hemos de decir que vivió mucho, sino que tardó mucho en morirse.