el cazurro ilustrado

12 enero 2006

Del amor y de la mar.


Falta un mes, más o menos, para que, ya recuperados del excesivo consumo navideño, nos embarquen en otro nuevo: el día de San Valentín. Tanto en las vísperas como en el propio día, enamorad@s, enamoradiz@s, engañad@s, desengañad@s, acostumbrad@s, solitari@s y personajes de cualquier linaje y condición, buscan, aunque no encuentren, a quien decir que le ama a través, claro está, de algún superfluo objeto hecho a tal efecto.
Ya que tenemos tiempo hasta entonces, propongo que cada cual, antes de pensar en el regalo, intente responder a estas cuestiones: ¿Por qué naturaleza humana, que nos iguala a tod@s, hace amar a un@s una cosa y a otr@s otra?. ¿Por qué un@s aman lo que otr@s aborrecen?. ¿Por qué un@s son ardientes en el amor y otr@s tibios?. ¿Por qué algun@s miran con total indiferencia a las personas del otro sexo y otr@s apenas se pueden apartar de ell@s?. ¿Por qué éste entre las personas, de uno u otro sexo, sólo ama a una inferior en mérito a otras muchas y es insensible a todas las demás?. ¿Por qué un mismo sujeto aborrece hoy lo que amaba ayer, o al contrario?. ¿Por qué un@ ama a quien le corresponde, y otr@ arde por quien le desdeña?. ¿ Por qué un@s están perdidos por sus perros, sus caballos o sus pájaros y no piensan en otra cosa?. ¡Cuántos han sentido más la muerte de un caballo, que la de un vecino! ¡Cuántas señoras lloraron más la de su perro, que la de una parienta!.
Sea como fuere y siguiendo a entendidos y teóricos, como Lope de Vega, el objeto amado deberá inquietarl@, agitarl@, comprimirl@, dilatarl@, enfurecerl@, desmayarl@, comprimirl@, alentarl@..... según los diversos estados por los que pase el amante respecto al objeto amado, ya sea divino, humano, animal, vegetal, celeste, terrestre, pervers@, torpe o hábil.
Y un deseo: que sean felices y que coman perdices.