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Cada vez que oigáis al ministro de Guindos o a cualquier economista o político hacer
previsiones sobre el futuro, pensad que tienen tanto valor como si leyerais el
horóscopo en la sección de pasatiempos de un periódico. En un
estudio, Philip Tetlock, profesor de psicología de universidad de
Pensilvania invitó a cerca de trescientos investigadores y expertos a
realizar predicciones acerca de asuntos económicos y políticos; tras
recoger 85.000 predicciones en total, Tetlock demostró que los
expertos se equivocaron más que si simplemente hubieran respondido
al azar. Si hubiésemos puesto a un simio a pulsar botones con las posibles
opciones, los monos habrían acertado más que los expertos que estudian estos asuntos y se ganan la vida con sus análisis.
Así pues, parafraseando a Churchill, podemos decir que los políticos y los
economistas son capaces de predecir lo que va a pasar mañana, el mes
próximo y el año que viene y de explicar después por qué no ha
ocurrido.