el cazurro ilustrado

31 diciembre 2017

Pacientes y perseverantes ante cualquier adversidad en 2018.

Una subida al Everest es larga, dura y difícil, como puede ser una al pico Bodón.
Larga, dura y difícil es una travesía por el desierto de Sahara o del Kalahari; o la aventura a través de un océano embravecido; o la lucha contra una enfermedad desconocida para la que la medicina solamente tiene cuidados paliativos; o una huelga indefinida para luchar por los derechos de los trabajadores, pisoteados con la disculpa de la crisis; o la lectura del “Ulises” de J. Joyce;  o una campaña electoral en la que las encuestas den un empate técnico;  o la noche para una trabajadora del sexo en Tailandia o en la Casa de Campo madrileña; o la vida de un burro de carga hace años en la comarca de las Arrimadas o, finalmente, también es dura, larga y difícil la lucha entre Rajoy y Puigdemont  para ver quien es más  cabezón.
Si las cosas fueran cortas, blandas y fáciles, o pequeñas, flojas y cómodas, quizás la existencia sería monótona y aburrida. Cuando a una mujer le preguntaron que cómo le gustaban las cosas, si largas y delgadas o cortas y gordas, rápidamente contestó que prefería los términos medios, es decir, largas y gordas. Si los asuntos de la vida son largos, duros y difíciles es para entrenarnos a ser generosos, espléndidos, pacientes y perseverantes. Así deseo que seáis y os sintáis en el “largo”, “duro” y “difícil” 2018 que vamos a iniciar.